La investigadora Saioa Gómez, miembro del grupo Nutrición y Obesidad de la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco en Araba y del Centro de investigación biomédica en red CiberObn, explica qué síntomas pueden darse cuando se tiene hígado graso y cuando se tiene cáncer hepático o hepatocarcinoma.

En el primer caso, el del hígado graso, reconoce que suele ser asintomático. “Es cierto que un alto porcentaje de la población que presenta obesidad central -grasa acumulada en el abdomen- o resistencia a la insulina tiene mayor riesgo de padecer también hígado graso. Entonces, podríamos sospechar que un alto porcentaje de estas personas pueden tener hígado graso”.

En ese sentido, afirma que es una enfermedad “infradiagnosticada”, y reitera que suele ser asintomática. El hepatocarcinoma, por su parte, también suele serlo en sus fases iniciales. Suele dar síntomas cuando la enfermedad avanza, y estos pueden ser “un poco generales para cualquier enfermedad: náuseas, fatiga, etc.”. Después puede dar otros síntomas ya más característicos, como la ictericia (color amarillento en la zona blanca de los ojos), heces blanquecinas, etc.

“El hepatocarcinoma (cáncer hepático), en sus fases iniciales, suele ser asintomático”

Investigadora