El fin de semana resultó muy movido en Gipuzkoa, donde los botellones y los altercados no solo se siguen sucediendo, sino que aumentan en número e intensidad con el paso de los días. Si la Ertzaintza intervino el viernes una fiesta ilegal con alrededor de 500 participantes en Astigarraga, esta pasada madrugada se produjo un botellón masivo, con la participación de más de 1.000 personas, en Hondarribia, a lo que hay que unir las quince detenciones que los ertzainas llevaron a cabo en Donostia y Hernani.

Un encuentro convocado por las redes sociales hizo que se juntaran en Hondarribia más de un millar de jóvenes, repartidos entre el paseo Butron, el espigón, el náutico y la playa de Hondarribia, donde había grupos grandes haciendo botellón, con la música alta e incluso haciendo carreras con los coches. Fueron las llamadas de vecinos las que alertaron a los agentes, que al acercarse al lugar comprobaron la gran cantidad de personas que había incumpliendo la normativa sanitaria vigente. Ante la presencia de más de un millar de jóvenes y la escasez de agentes, la comisaría de Irun pidió refuerzos -según confirmaron ayer a este periódico fuentes sindicales-, pero la petición no fue atendida porque se estaba actuando en otras localidades como Donostia o Hernani. Esto hizo que los agentes optaran por vigilar las zonas donde había aglomeraciones, pero sin entrar a actuar “por precaución y por evitar males mayores”.

A este macrobotellón hay que unir las quince personas detenidas esta pasada madrugada -catorce en Donostia y una en Hernani- por enfrentarse a la Ertzaintza cuando los agentes pretendían hacer cumplir las restricciones impuestas para contener a propagación de la covid. En Donostia -donde los altercados están siendo prácticamente diarios- los incidentes se produjeron en la zona del Boulevard y en la Parte Vieja, donde varias personas lanzaron objetos a los ertzainas y cruzaron y quemaron contenedores, mientras que en Hernani también varios jóvenes lanzaron objetos a los agentes que intentaban dispersar las concentraciones de personas. Estos arrestos por desórdenes públicos y atentado a agentes de la autoridad se suman a los que se produjeron la madrugada del sábado, dos en Donostia y uno en Andoain, por enfrentarse también a la Ertzaintza, y que posteriormente fueron puestos en libertad a la espera de ser citados por la autoridad judicial.

Las reacciones de los dirigentes políticos ante los altercados no se hicieron esperar. Eneko Goia lamentó que “algunos siguen haciendo lo mismo de siempre: destrozar la ciudad y los nervios de los donostiarras”.

“No hay derecho”, manifestó el alcalde de Donostia, que consideró “absolutamente incomprensibles y despreciables” los altercados y los ataques a los agentes: “No hay justificación posible a que comportamientos como estos tengan lugar en nuestra ciudad y solo merecen, desde luego, la más firme respuesta”. El consejero vasco de Seguridad, Josu Erkoreka, por su parte, calificó de “intolerables” los ataques, insultos y agresiones a quienes “trabajan para proteger” a la ciudadanía. “Sobran las conductas incívicas e insolidarias en Euskadi, que ponen en riesgo la salud colectiva”, indicó Erkoreka en un mensaje en las redes sociales, para considerar “incomprensible” que haya personas que actúen “completamente ajenas a la existencia de un virus que está causando dolor, sufrimiento y muerte”.