El juez decano de Bilbao, Aner Uriarte, considera que actualmente, tras el fallo del Tribunal Constitucional que estima parcialmente un recurso y declara ilegal el confinamiento impuesto durante el primer estado de alarma, “sería más difícil todavía” autorizar un toque de queda nocturno en Euskadi, en el caso de que el Gobierno Vasco solicite esta medida. Alejada así la posibilidad de limitar la movilidad nocturna para el conjunto de la población, el Ejecutivo vasco centra sus esfuerzos en evitar las aglomeraciones festivas y la utilización de espacios públicos sin las medidas de prevención que aconseja la nueva ola de contagios.

Pero incluso con la reciente sentencia sobre la mesa y a pesar de opiniones expertas desestimando la legalidad de nuevos toques de queda, hay varias comunidades autónomas en las que los tribunales avalan estas restricciones para las localidades y zonas con peores datos epidemiológicos, mientras que otras, como Nafarroa, han pedido autorización para medidas similares. Entre las primeras se encuentra Cantabria, cuyo Tribunal Superior autorizó ayer el toque de queda y las reuniones de un máximo de seis personas entre la 1.00 y las 6.00 horas en 53 municipios, entre ellos Santander y Torrelavega y algunos de los de más afluencia turística, como Castro, Laredo, Suances, Noja o Comillas, por un plazo inicial de catorce días.

También el Tribunal Superior de Catalunya dio ayer luz verde al toque de queda nocturno planteado por la Generalitat en los 161 municipios con peores indicadores epidémicos. El tribunal argumenta que es una medida que pretende proteger valores y derechos tan sentidos como la vida y la salud, y considera que se trata de una restricción y no una suspensión de derechos fundamentales, aunque advierte que aún no tiene notificación de la sentencia del Constitucional. También la Comunidad Valenciana obtuvo esta semana el aval judicial a su toque de queda, mientras que Canarias, Andalucía y Aragón encontraron objeciones a medidas similares.

De hecho el Tribunal Constitucional dictaminó el miércoles que el confinamiento domiciliario del estado de alarma impuesto por el Gobierno español en la primavera de 2020 fue inconstitucional porque no solo supuso una limitación de derechos fundamentales, sino su suspensión, algo que solo podría realizarse en el marco de un estado de excepción.

En opinión del juez decano de Bilbao, la repercusión que puede tener en Euskadi la sentencia es que el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco tendría ahora “más difícil todavía” conceder un toque de queda nocturno, si el Gobierno Vasco lo reclamara.

Uriarte recordó que la decisión del Constitucional también implica que las multas impuestas por saltarse el confinamiento domiciliario son “ilegales” y, por lo tanto, las que no han sido cobradas, no deberán ser abonadas. El juez precisó que, teniendo en cuenta que las multas “parten de la base de una norma ilegal y no se pueden cobrar”, tampoco se pueden seguir tramitando procedimientos para su recaudación.

Por lo que respecta al último decreto del Gobierno Vasco con medidas para atajar el alto índice de contagios, el lehendakari, Iñigo Urkullu, explicó ayer que a los ayuntamientos no se les pide que “controlen las aglomeraciones” de personas entre la medianoche y las 6.00 de la mañana, sino que informen a sus vecinos sobre qué lugares no pueden ser usados durante esas horas.

Urkullu se refirió a la “imposibilidad” de participar en reuniones de no convivientes o aglomeraciones en parques, jardines, playas, zonas deportivas y otros espacios públicos, como puertos y paseos marítimos. “No se está pidiendo a los ayuntamientos que sean los que controlen las aglomeraciones que no respeten las medidas preventivas”, aseguró el lehendakari. Lo que se pide es que “informen de los horarios establecidos para el uso y disfrute de determinados lugares que se usan para aglomeraciones de personas” y que en muchos casos son de titularidad municipal, así como otros espacios -puertos o muelles- que pertenecen a otras instituciones.

Tampoco es necesario precintar estos espacios: “Nadie ha planteado que haya que vallarlos ni establecer un sistema de seguridad determinado”, sino que “corresponde a cada municipio” decidir cómo quiere hacerlo. “Cada corporación municipal sabrá cuál es el método para hacer saber a su ciudadanía y resto de ciudadanos no autóctonos cuáles son los espacios (prohibidos): si tiene que ser un bando, si tiene que ser megafonía en vehículos municipales o la herramienta que sea más productiva, rentable o eficaz”, citó.

El lehendakari recordó que en el consejo asesor del Plan de Protección Civil de Euskadi (LABI) participan los alcaldes de las tres capitales y el presidente de la asociación vasca de municipios, Eudel, y que en este órgano se trata de tomar les decisiones por consenso.

En referencia al decreto que limita el acceso nocturno a los espacios públicos, el vicelehendakari y consejero vasco de Seguridad, Josu Erkoreka, señaló que es “una medida ambiciosa y necesaria” que obligará a reforzar la coordinación policial, requerirá de “una intensa implicación del conjunto de la sociedad y de las instituciones”. Y recordó que contiene, entre otras, una medida que “constituye un objetivo muy ambicioso de contención de la transmisibilidad del virus en las horas nocturnas”.

Operativos

La Ertzaintza y las policías locales pondrán en marcha operativos especiales de manera coordinada para hacer cumplir las nuevas normas sanitarias, entre las que figura la imposibilidad de permanecer en grupos de personas no convivientes o en aglomeraciones en la franja horaria que va desde las 0.00 hasta las 6.00 horas en espacios públicos.

Botellones

Se trabajará de manera especial para evitar el consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública y, más aún, si es en grupo numeroso, como ocurre durante los botellones. Las autoridades sanitarias alertan de la situación de “alta intensidad” de transmisión de contagios que se da sobre todo, entre la población más joven. Por eso, Ertzaintza y policías locales piden especial colaboración a este segmento de edad.

Dispositivos

Los dispositivos policiales centrarán sus funciones preventivas en fechas festivas o señaladas y lugares de mayor concentración de personas como las zonas céntricas, espacios de esparcimiento, playas, lugares habituales de botellones, etc. Igualmente, se instalarán controles de alcoholemia y drogas en todas las carreteras vascas.