A pesar del alivio que ha provocado en Sabin Etxea la victoria en número de votos en las elecciones autonómicas del domingo, el PNV quiso matizar desde la misma noche electoral que reconoce la pluralidad de la sociedad vasca y que la lectura sobre su triunfo no la hace con la intención de que se le “suba a la cabeza”. En esa línea, el EBB se ha reunido este lunes para evaluar los resultados y dedicó el 90% a realizar autocrítica, por ejemplo, para detectar que el PNV ha cojeado más en los pueblos más pequeños y en el electorado de entre 35 y 50 años, que es más exigente con la gestión. El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, realizó su análisis en sendas entrevistas en ETB-2 y en La Noche en 24 horas, donde aseguró que los jóvenes se han quedado en casa para todos y que, por otro lado, el PNV sabrá responder a las “expectativas” de quienes han depositado su voto a favor de los jeltzales pero de manera crítica, tras haberse quedado en casa en las elecciones municipales y forales y en las generales. El PNV logró un 35,22% de voto en las autonómicas del domingo, lo que supone frenar la caída que había experimentado en las municipales y forales, donde registró un 32% y un 35% prácticamente raspado en un momento de desgaste por la tensión en Osakidetza y la conflictividad laboral. La participación creció ligeramente este domingo, hasta situarse en el 62,52%.
“Somos conscientes de que una parte de nuestro electorado se había quedado replegado en las forales y generales, y el domingo vimos que una parte importante sí fue a votar. Somos conscientes de que fueron a votar de una manera crítica y exigente, y a esa gente me dirigía para decirles que el PNV ha tomado nota y va a saber gestionar desde las instituciones las expectativas y los deseos de esa gente”, profundizó en ETB-2.
Las elecciones han arrojado un Parlamento Vasco donde, por primera vez, PNV y EH Bildu están empatados a 27 escaños. Esa fotografía abre un nuevo escenario que tendrá que gestionar el partido jeltzale. El PSE también ha crecido y ha obtenido dos asientos más, y se ha reforzado el PP. Vox no desaparece, y Sumar entra con un escaño y toma el relevo de la representación de la izquierda confederal de Podemos, que se queda fuera.
La fotografía de 2016
Pero, a partir de ahí, Ortuzar quiso acotar la subida de EH Bildu y dio a entender que no es un fenómeno que haya llegado para quedarse, sino que puede ser coyuntural por la división en el espectro de la izquierda confederal representada por Sumar y Podemos. De hecho, opinó en declaraciones a La Sexta que, si Sumar y Podemos hubieran acudido en coalición, la izquierda abertzale hubiera obtenido dos representantes menos.
“Si mira los resultados de 2012 y 2016, estamos en los mismos parámetros”, dijo. Ortuzar se refería a que, si se suman los 341.735 votos de Bildu de este domingo, los 35.092 de Sumar y los 23.679 de Podemos, salen las 400.000 papeletas que lograron en 2016 EH Bildu (225.172), Podemos (157.334) y otros grupos como Recortes Cero (2.747) y Ganemos (6.049). La participación entonces fue algo menor, del 60,02%. La comparación con 2016 es importante para el PNV porque era entonces cuando Podemos se encontraba en su máximo esplendor político y en su apogeo. Ese voto es el que ahora absorbe EH Bildu.
Ortuzar añadió que la decisión de Podemos y Sumar de no ir juntos a las elecciones “fue un error”. “Si hubieran ido juntos, el PNV hubiera ganado en votos y escaños. Bildu hubiera perdido al menos dos. No saquemos conclusiones estructurales de algo que puede ser coyuntural”, defendió.