- Primero fue la subida del impuesto al diésel, un incremento impositivo que el Gobierno de Pedro Sánchez se ha abierto a negociar, y ahora el PNV se ha topado con una nueva piedra en el zapato que podría dificultar sus votos a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021, presentados esta misma semana por Moncloa. El portavoz del partido jeltzale en el Congreso, Aitor Esteban, anunció ayer su “sorpresa” ante la “aparente” bajada de la inversión estatal en Euskadi, lo que supone una merma que habrá “que corregir”, tal y como anunció Esteban.

Sin haberse metido aún en los detalles más concretos de las Cuentas, al PNV no le gusta la música que suena desde Madrid, por mucho que se le haya catalogado como “socio preferente” del PSOE y exista voluntad desde Sabin Etxea para dar el beneplácito a los PGE. Es por ello que los jeltzales anunciaron que van a estudiar “con mucho detalle” las cifras que contiene. Ante la información “muy genérica” recibida, Esteban prefiere meterse a fondo con los números. Ya se llevaron “la sorpresa” del impuesto al diesel, por lo que “veremos”, según avanzó. “De un análisis genérico, en principio, sorprende la aparente baja inversión en Euskadi respecto a otros territorios. Lo tendremos que corregir, pero vamos a ver qué es lo que da de sí las conversaciones que tengamos”, abundó Esteban.

A punto de arrancar las conversaciones, el PNV confía en enmendar la situación. “Vamos ver lo que dan de sí las conversaciones” que el PNV mantiene prácticamente a diario con el Ministerio de Hacienda encabezado por María Jesús Montero, señaló Esteban en una entrevista en RNE. La solución puede estar próxima debido a la premura de las negociaciones. Los jeltzales confían en solventar la papeleta esta próxima semana, “muy decisiva” para cerrar su posicionamiento. Y es que los seis votos de la formación de Sabin Etxea en el Congreso son indispensables para que Pedro Sánchez pueda certificar unos PGE del año próximo que, en cifras globales, incluyen una subida del 10% del gasto social. Espoleado por el fondo europeo, el presidente ensalzó las cuentas “por el volumen de inversión pública que movilizan, que es el más ambicioso de nuestra historia democrática”.

No obstante, y pese a que el Consejo de Gobierno del PSOE y Unidas Podemos confía el obtener el plácet del PNV, los nacionalistas prefieren mantener la cautela. Aún así, Esteban señaló ayer que a su formación no le molesta el planteamiento general sobre la subida de algunos impuestos como el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que subirá dos puntos, del 45% al 47% para las rentas del trabajo que superen los 300.000 euros y tres puntos, del 23% al 26%, para las rentas del capital por encima de los 200.000 euros; o el de Sociedades, aunque sí les preocupa, “y mucho”, el incremento del IVA a las bebidas azucaradas. En Euskadi, hay varias plantas embotelladoras de este tipo de refrescos, que podrían salir perjudicadas. “Es una realidad que está ahí y que todos los sectores van a tener que ir adaptándose. El resto de impuestos los tenemos concertados. No tengo ningún problema con el IRPF, que nosotros lo tenemos más alto aún, ni con otros impuestos”, manifestó.

Pese a haberse “constreñido el calendario” para las negociaciones, que contará con 15 días “para hablar de todo”, sin embargo el PNV se mostró esperanzado en poder llevar a buen puerto las negociaciones para llegar a un acuerdo que, en todo caso, pasará por incrementar las inversiones en Euskadi. Tras la del impuesto al diésel, es la segunda de las trágalas que Sabin Etxea no dejará pasar por alto.