Vitoria encara de nuevo varios días de tiempo invernal tras la nevada reciente, con más nubes, lluvia y frío en pleno arranque de diciembre. La ciudad afronta un inicio de semana marcado por un cielo muy nuboso y precipitaciones débiles a moderadas, especialmente en la vertiente cantábrica.
La cota de nieve se moverá entre los 1.100 y 1.300 metros y el viento del noroeste podrá dejar rachas fuertes en zonas expuestas. Las temperaturas descenderán con claridad y no se descartan heladas débiles en áreas de montaña.
Según explica Santiago Gaztelumendi, director de Estrategia y Coordinación de Euskalmet a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, “la semana comienza con una atmósfera claramente inestable, marcada por el paso de frentes que dejan lluvias débiles a lo largo de gran parte del día, especialmente en la vertiente cantábrica.
La cota de nieve se mantiene por debajo de los 1.500 metros, así que en las zonas de montaña todavía puede observarse acumulación ligera. Además, el viento de componente oeste y noroeste sopla con intensidad moderada, con rachas más fuertes en zonas expuestas, lo que refuerza la sensación de frío, sobre todo por las mañanas y al final del día”.
Además, desde Euskalmet confirman que este inicio de semana mantiene el mismo patrón que dejó la última nevada: atmósfera inestable, paso de frentes y temperaturas propias de un invierno plenamente asentado.
Insisten en que las precipitaciones serán más frecuentes en la vertiente cantábrica y recuerdan que la cota de nieve seguirá moviéndose en márgenes relativamente bajos para estas fechas, en torno a los 1.100–1.300 metros el domingo y por debajo de los 1.500 el lunes.
El martes, según remarcan, volverá a dominar la nubosidad y se repetirán los chubascos débiles, ocasionalmente moderados
El martes, según remarcan, volverá a dominar la nubosidad y se repetirán los chubascos débiles, ocasionalmente moderados.
Además, el viento tendrá protagonismo en este tramo de la semana. El domingo ha soplado del noroeste con rachas fuertes en zonas expuestas, lo que ha reforzado la sensación de frío.
A partir de este lunes, el flujo tenderá a rolar al oeste y suroeste, sin llegar a perder del todo la inestabilidad asociada al paso de frentes. Ese cambio ayudará a que las temperaturas máximas suban ligeramente, aunque el ambiente seguirá siendo mayoritariamente fresco y húmedo.
INVIERNO
En conjunto, el escenario que dibuja Euskalmet es claro: Vitoria encara varios días de transición típicamente invernal, con lluvia intermitente, bastante nubosidad y temperaturas contenidas. Un arranque de diciembre sin sobresaltos, pero sin tregua, que mantiene a la ciudad atenta al cielo después de la nevada reciente.
Santiago Gaztelumendi, director de Estrategia y Coordinación de Euskalmet, subraya que los efectos del cambio climático ya son evidentes en Álava y en todo Euskadi.
Entre las tendencias más claras se observa un alargamiento de los veranos y un acortamiento de los inviernos, así como un aumento en frecuencia e intensidad de las olas de calor, especialmente en el sur del territorio.
Paralelamente, los episodios de frío, como heladas o nevadas, tienden a disminuir, aunque no desaparecen por completo: es posible que se produzcan irrupciones puntuales de aire frío que den lugar a nevadas tempranas o a semanas con temperaturas inusualmente bajas.
Santiago Gaztelumendi, director de Estrategia y Coordinación de Euskalmet, subraya que los efectos del cambio climático ya son evidentes en Álava y en todo Euskadi
Gaztelumendi aclara que estas tendencias no significan la ausencia de fenómenos extremos en años concretos, sino que reflejan un cambio estadístico en el comportamiento general del clima.
Analizar los registros históricos permite detectar patrones en la frecuencia de heladas, la distribución de la nieve o la intensidad de las lluvias, información fundamental no solo para predecir el tiempo a corto plazo, sino también para comprender la evolución del clima y sus impactos en la vida cotidiana.
En el caso de Vitoria y del conjunto del País Vasco, estas tendencias afectan directamente a sectores como la agricultura, que depende de la regularidad de las precipitaciones, o la planificación de infraestructuras y la gestión de recursos hídricos.
Comprender la dinámica climática permite anticiparse a episodios de frío intenso o a semanas con lluvias persistentes, incluso cuando no se trata de fenómenos extremos, y constituye una herramienta clave para la toma de decisiones en la gestión del territorio y la protección de la ciudadanía.
Además, Gaztelumendi señala que, aunque las tendencias climáticas muestran un panorama general más cálido, “esto no impide que ocurran episodios de frío o nevadas puntuales en cualquier año”.
Por ejemplo, “incluso en meses o años en los que la media térmica es más alta de lo habitual, puede colarse una entrada de aire frío capaz de generar precipitaciones en forma de nieve a cotas bajas”.
Gaztelumendi insiste en que, aunque no haya avisos meteorológicos activos —ni amarillos, ni naranjas, ni rojos—, la ciudadanía debe mantener la prudencia y el sentido común en sus actividades al aire libre.
Señala que las precauciones básicas no dependen de alertas oficiales: si alguien planea subir al monte, realizar barranquismo, espeleología o cualquier actividad de riesgo, debe revisar previamente la previsión del tiempo y equiparse adecuadamente, especialmente cuando hay nieve en cotas altas o viento fuerte en zonas expuestas.
No se trata de generar alarma, aclara, sino de que cada persona tenga en cuenta las condiciones meteorológicas y adapte sus planes a ellas, como haría cualquier persona que practica actividades al aire libre de forma habitual.
