"Hemos oído el golpe, hemos mirado pero no veíamos nada, estaba lloviendo bastante. El vigilante del puesto navideño nos ha dicho que se había precipitado un coche por la barandilla. Hemos ido a mirar y nos hemos dado cuenta de que había un hombre en el agua". Es el testimonio de uno de los ertzainas que se ha encontrado con la dramática escena en aguas del Urumea, en Donostia, después de que un coche patrulla cayera al río la madrugada de este miércoles y el conductor haya fallecido.
Eran las 3.30 horas de una noche lluviosa en la que la abundante lluvia dificultaba la visibilidad. En ese momento, un fuerte ruido sorprendía a una patrulla que estaba haciendo labores de vigilancia por la zona de la estación de autobuses, aparcado arriba, entre las escaleras y la rampa del pasadizo peatonal de Egia. "Hemos oído el golpe, hemos mirado pero no veíamos nada, estaba lloviendo bastante", explica este agente, que cuenta que ha sido el vigilante del mercado navideño quien les ha confirmado que un coche se había precipitado por la barandilla más cercana al torreón del puente, justo frente al pasadizo peatonal. "Hemos ido a mirar y nos hemos dado cuenta de que había un hombre en el agua, donde también se veían luces rojas. En ese momento nos hemos dado cuenta de que era un coche que al parecer había caído. Nos íbamos a tirar al agua, pero las olas lo han traído hacia nuestro muro, y ahí había más luz".
Ha sido entonces cuando los policías allí presentes se han dado cuenta de que los accidentados eran compañeros: "Justo en ese momento le hemos visto las hombreras con la hoja de roble rojo y nos damos cuenta de que es compañero, así que hemos cogido la escalera telescópica y se la hemos acercado para que pudiera agarrarse".
A partir de ese momento ha comenzado un rescate muy complicado que se ha alargado durante 40 minutos debido a las malas condiciones meteorológicas y marítimas, que en plena marea alta dejan olas importantes en esa zona del río. "Hacía mucho frío... Ha aguantado como un jabato agarrado a las escaleras. Llevaba todo, chaleco, botas, correaje... No se podía hacer más", afirma este testigo.
Una vez rescatado del agua, el joven de 33 años ha sido trasladado en ambulancia al Hospital Donostia, donde ha quedado ingresado por una severa hipotermia. De hecho, según ha podido saber este periódico, el agente, que se ha incorporado a la Ertzaintza en prácticas, ha ingresado en el hospital con una temperatura corporal de 28 grados, si bien su evolución es favorable.
El testimonio de este agente, miembro de la 28ª promoción de la Ertzaintza y que ejercía de copiloto cuando el coche se precipitó al río, será clave para conocer lo ocurrido, y es que se trata de un accidente rodeado de incógnitas.