EDIMBURGO. "Mi decisión es que el referéndum se celebre el próximo año. Y nos estamos preparando. Para el año que viene, habremos completado nuestros preparativos legislativos", indicó Sturgeon en el discurso de clausura del congreso del Partido Nacionalista Escocés (SNP).
"Puedo confirmar hoy que, antes de finales de año, exigiré la transferencia de poderes que sitúe la legalidad de un referéndum más allá de cualquier duda", señaló la dirigente nacionalista ante los aplausos del auditorio en Aberdeen.
Para la ministra principal, una vez se materialice la petición, el foco no debe ponerse en cuál será la respuesta del Gobierno escocés si el Ejecutivo británico, como ya ha avanzado, se niega a iniciar las conversaciones, sino en cómo puede este "negar" a los escoceses "la capacidad de elegir su propio futuro".
En 2014, el 55 % de escoceses rechazó en una consulta la separación del Reino Unido, pero la victoria del "brexit" en el referéndum de 2016 en el Reino Unido -un resultado que Escocia rechazó mayoritariamente- ha llevado al SNP a reabrir el debate sobre la vuelta a las urnas.
Durante una intervención marcada por el rechazo a la salida de la Unión Europea (UE) y la defensa del plebiscito como consecuencia, Sturgeon se comprometió a impulsar la independencia para convertir a Escocia en un "puente" entre el Reino Unido y el club comunitario, una vez se produzca el "brexit", previsto para el próximo día 31.
"Estaremos en el mercado único de la UE y también seremos el vecino más cercano a nuestros amigos del resto del Reino Unido, un puente entre la UE y el Reino Unido, que hará de nuestro país un imán de la inversión global", indicó.
El acuerdo con el Ejecutivo de Boris Johnson es necesario para que el Parlamento escocés reciba las competencias necesarias para planear un referéndum de esta naturaleza, ya que el SNP únicamente contempla un escenario en que se celebre un plebiscito pactado con Londres, a imagen del que tuvo lugar hace cinco años.