Edimburgo - Cuando se cumplen cinco años del referéndum en el que una ajustada mayoría de escoceses optó por seguir en el Reino Unido, los expertos coinciden en que la crisis política desatada por el Brexit ha impulsado el apoyo a la independencia y es probable que conduzca a la convocatoria de una nueva consulta. Lo que en 2014 se concibió como un plebiscito para dilucidar el futuro de Escocia durante al menos una generación, ha vuelto a ser tema de debate, después de que la región apostase por permanecer en la UE. Analistas consultados consideran así que el desenlace dependerá de cómo se resuelva el Brexit o salida británica del bloque europeo.
Desde que el 18 de septiembre de 2014, el 55 % descartase (frente al 4%) la independencia, las encuestas reflejaban que el apoyo a la secesión no había aumentado como reacción directa al Brexit (rechazado por el 62% de escoceses) hasta el pasado abril, cuando empezaron a reflejar un repunte que alcanza el 49%. Una encuesta de The Sunday Times, en junio, reveló que el 53% respaldaría la separación si Boris Johnson -que en aquel momento competía por el liderazgo del Partido Conservador- accedía a la jefatura del Gobierno, cargo que ocupa en la actualidad.
Para Anthony Salamone, analista del Centro Escocés de Relaciones Europeas, resulta “interesante” ver “cómo el movimiento independentista ha cambiado desde 2014”, ya que si bien el Partido Nacionalista Escocés (SNP), que gobierna, no consiguió ganar el referéndum, sí logró capitalizar el apoyo recibido. “Aunque el SNP perdió el referéndum en votos, en términos políticos lo ha hecho muy bien, ya que el apoyo a la independencia nunca ha bajado del 45% desde entonces e incluso ha aumentado recientemente ante la perspectiva de un Brexit sin acuerdo y con Johnson como primer ministro”, afirmó.
La posibilidad real de que, bajo el Ejecutivo de Johnson, la ruptura con la UE se produzca sin ningún acuerdo es clave para explicar esta subida, explicó Francesco Sindico, profesor de Derecho de la Universidad Strathclyde.
Cambio de rumbo A su parecer, “los ánimos” en Escocia “están cambiando, sobre todo entre aquellos apáticos con la política y los que se consideran europeístas”, que en un referéndum sobre la independencia anterior al Brexit habrían votado por mantener el sistema actual, pero ahora la apoyarían como modo de mantenerse dentro de la Unión Europea. “Claramente existe un cambio de rumbo debido a la forma en que se está gestionando el Brexit no solo por parte de los conservadores, sino también de los laboristas británicos que no aclaran cuál es su posición al respecto”, indicó.