Bruselas - A punto de publicarse los resultados de la primarias del Partido Conservador británico y de que Reino Unido sea testigo de su segundo relevo gubernamental en tres años se ha producido una nueva baja en las filas de los tories .
Los 160.000 militantes del Partido Conservador ultimaban ayer sus votos para decidir el nuevo liderazgo del partido y del país. Si se cumple lo que pronostican todas las encuestas, Boris Johnson será desde hoy mismo el sustituto de Theresa May al frente del Ejecutivo británico. Si la líder tory ha visto durante estos años una cascada de dimisiones por divisiones internas y el caos del Brexit, el mandato del euroescéptico Johnson no empezaría muy diferentes.
Johnson podría cumplir hoy un sueño que siempre ha buscado: ser primer ministro británico, pero varios miembros del actual Ejecutivo ya han anunciado su dimisión o su intención de hacerlo en las próximas horas por desacuerdos con la línea dura que promueve el exalcalde de Londres.
Alan Duncan, alto miembro del Ministerio de Asuntos Exteriores británicos, materializó ayer su renuncia a su cargo en el Gobierno. “Es una tragedia que con el potencial de haber sido la fuerza intelectual y política líder en toda Europa, hayamos pasados todos los días bajo la nube oscura del Brexit”, señala la carta enviada a May que el propio Duncan publicó en Twitter. El motivo de su dimisión es, según alega, poder expresar “sus opiniones” antes del cambio de liderazgo en el Ejecutivo.
Philip Hammond, ministro de Finanzas, y David Gauke, secretario de Justicia, se suman a la lista de deserciones y han anunciado que dejarán hoy mismo el cargo antes del adiós de Theresa May. Un no acuerdo del Brexit -la opción que toma fuerza con Johnson a los mandos- “es algo que nunca podría apoyar”, apuntaba Hammond en una entrevista en la BBC. Se espera que otro tory que renuncie en las próximas horas sea Rory Stewart, secretario de Desarrollo.
Escenario de no acuerdo Con la llegada de Boris Johnson, el escenario de un no acuerdo del Brexit gana mucha fuerza. Su lema durante la campaña ha sido do or die (hazlo o muerte) y su cometido es sacar a la isla de la UE el 31 de octubre, con o sin acuerdo. Su rival, Jeremy Hunt, ministro de Exteriores, también respalda la marcha de Londres, pero su plan pasa por renegociar el Acuerdo de Salida con la Unión Europea.
En este escenario, el nuevo liderazgo complica la línea política del bloque comunitario. Sus dos líneas rojas son la no modificación del texto actual y la no prolongación de la fecha de salida. Si bien, Ursula von der Leyen, recién elegida presidenta de la Comisión Europea, afirmó en su discurso de investidura que estaría dispuesta a extender la fecha más allá del día de Halloween si hay motivos suficientes.