madrid - Pedro Sánchez arranca hoy la ronda de consultas para la investidura en una jornada en la que conversará con Podemos, PP y Ciudadanos y lo hace un día después de meterles presión agitando el miedo a la repetición electoral. El PSOE se vuelca estos días en atraer la abstención de populares y naranjas, que ya han advertido de que no entra en sus planes, mientras solicita el apoyo de Unidas Podemos negándole la posibilidad de un Gobierno de coalición porque “en vez de sumar, podría restar”. Y todo ello para no depender de los grupos minoritarios y, especialmente, de los independentistas. Desde Ferraz saben que la estrategia es más que complicada pero en este intento azuzan el escenario de que la ciudadanía tenga nuevamente que votar descargando el peso de la responsabilidad en estos tres partidos, a quienes se dirigió ayer el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, al señalar que “los españoles no perdonarán” tener que volver a pasar por “las urnas”.

Mientras los socialistas enfrían la vía navarra que permitiría la abstención de los dos diputados de UPN porque pondría en riesgo recabar los seis apoyos del PNV, el ministro de Fomento en funciones recalcó que “la alternativa a un gobierno del PSOE es obligar a los españoles que vuelvan a votar. Y las urnas tienen memoria”. “El PSOE actuará con generosidad. Nosotros no pedimos acatamiento, sino altura de miras por el bien común. El tiempo del obstruccionismo tiene que terminar. Los vetos son un síntoma de incapacidad política cuando han acabado las campañas electorales”, argumentó Ábalos, ahondando en la idea de que tampoco al resto de formaciones le interesan otras generales porque empeorarían sus ya malos resultados del pasado 28-A. “Al menos que piensen en sus propios intereses partidistas”, precisó.

A toda esta tesis socialista le vinieron ayer muy bien las palabras de Isabel Díaz-Ayuso en las que abogaba por una abstención desde Génova 13 para evitar que el Ejecutivo español dependa de los votos independentistas, aunque la candidata del PP a la Comunidad de Madrid fue poco después desautorizada por la dirección de su partido. Los colaboradores de Sánchez tratan de colocar a sus rivales frente a sus propias contradicciones, y para ello recuerdan su pasado reciente. Es por ello que Ábalos apelara a la “coherencia” del PP evocando que en 2016, durante la investidura de Mariano Rajoy, los socialistas aparcaron su famoso “no es no” para hacer presidente al entonces líder popular pese a que ello llevó a una crisis interna galopante en el PSOE que acabó con Sánchez dimitiendo como secretario general y renunciando a su acta de diputado. “Lo importante de que se comente una hipotética abstención es que se ve la necesidad. Demuestra esto que son conscientes de que nos enfrentamos a este problema. Actuar en función de lo que ellos mismos pidieron entonces sería un gesto de coherencia. Si aquello fue por el bien de España, España sigue siendo la misma”, justificó el secretario de Organización. “Nosotros no éramos bisagra de nada y nos abstuvimos. Yo mismo me abstuve en contra de lo que me apetecía. Algunos hemos realizado ese ejercicio”, incidió Ábalos.

gobierno en solitario En paralelo, el PSOE sigue sin ver viable un Gabinete de coalición con Unidas Podemos por “inconveniente” y por el rechazo que suscita en el resto del arco parlamentario. “Si nosotros sumáramos con Podemos mayoría absoluta, lo normal sería una coalición como la que plantea el señor Iglesias. No habría aquí ningún debate. Pero no es el caso, no llegamos. Un Gobierno de esa naturaleza no añade, sino que puede restar. Lo que concita más aceptación es un gobierno en solitario del PSOE, mucho más que otras fórmulas”, afirmó Ábalos después de que el secretario general de la marca morada hablara de liderar él mismo alguna cartera ministerial como Trabajo o Hacienda, y de que censurara la geometría variable a la que aspiran los socialistas. “Si lo que sumas por un lado se te va por el otro, no hay posibilidad de llegar a un acuerdo”, insistió el dirigente socialista en puertas de que Sánchez emprenda hoy mismo su laberíntica carrera hacia la investidura.