madrid - Pedro Sánchez ha tirado de estrategia electoral en lugar de enfundarse el traje de presidente del Gobierno en su decisión de acudir al debate a cinco bandas propuesto por Atresmedia y dejar plantada a Televisión Española (TVE). El líder socialista estará presente en el combate dialéctico del próximo martes 23 de abril organizado por el grupo de comunicación privado que aglutina a Antena 3 y La Sexta, y que será moderado por los periodistas Ana Pastor y Vicente Vallés, al entender que así puede dejar retratada la alianza de las tres derechas que encarnan Pablo Casado (PP), Albert Rivera (Ciudadanos) y Santiago Abascal (Vox), principalmente porque por vez primera asistirá esta última formación de ultraderecha. El quinto candidato en discordia será Pablo Iglesias (Unidas Podemos). En este contexto, Sánchez descarta también el cara a cara con el presidente de los populares.

El PSOE justifica la elección del formato del debate a cinco, el único en el que participará su candidato, por la “falta” de un liderazgo claro en el espacio de la derecha, según Felipe Sicilia, portavoz adjunto del Comité Electoral. “Ante esa pluralidad” de partidos en el espectro político contrario al del socialista y sin una figura clara que encabece ese espacio, “lo más oportuno” era decantarse por un esquema lo más plural posible para que la ciudadanía tenga oportunidad de conocer las “propuestas” y “los modelos de sociedad” que cada uno defiende. “No es una cuestión de que le convenga o no al candidato”, esgrimió, y es que el PSOE considera que la presencia de Vox, que no tiene representación en el Parlamento aún y que por eso no estará en el debate de TVE, se fundamenta en que se presenta en todas las provincias y que, según los sondeos, supera el 10% en intención de voto a nivel estatal. Sánchez quiere evidenciar que el 28-A se ponen en juego en las urnas tan solo dos modelos de país: la “España que mire hacia adelante” y conquiste nuevos derechos y libertades; o “volver a tiempos” pasados en que ciertos derechos estaban puestos en cuestión.

Esta posición puramente electoral, como el hecho de conceder el pasado miércoles, también a Atresmedia, una entrevista desde la propia Moncloa y no desde la sede del partido, provocó una cascada de críticas y la principal procedente desde la televisión pública española, a cuyo presupuesto contribuye toda la ciudadanía del Estado. Los trabajadores de Informativos de RTVE calificaron de “desprecio hacia la radiotelevisión pública” que Sánchez descarte acudir a lo que estiman como “la televisión de todos” y cuyo debate iba a tener lugar un día antes, el 22. “Condenamos que el único en el que ha aceptado participar sea el propuesto por un grupo privado de comunicación y que incluye al candidato de un partido sin representación parlamentaria”, denunciaron en una nota. “Ni entendemos ni aceptamos las razones por las que el PSOE decide no apostar por el servicio público y el pluralismo que representa RTVE”, censuraron. TVE es “la única televisión que pertenece a toda la ciudadanía española”, resaltaron. La administradora única de RTVE, Rosa María Mateo, nombrada tras llegar Sánchez a la presidencia tras la moción de censura, recibió la noticia con indignación y decepción, según su entorno.

debate a seis Finalmente, RTVE confirmó que celebrará el martes 16 un debate a seis en el que participarán todos los partidos que cuentan con grupo parlamentario propio (PP, PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, ERC y PNV) y que se emitirá en directo a partir de las 22.10 horas en La 1, Canal 24 Horas, RNE y RTVE.es. La postura de Sánchez fue calificada ayer por Irene Montero (Podemos) de “vergonzosa”, mientras que para Casado (PP) es “fruto del miedo, solo habla de lo que le da la gana”.