Londres - El Gobierno británico confía en que la Unión Europea (UE) reconsidere sus “líneas rojas” sobre el Brexit para facilitar que la Cámara de los Comunes ratifique un acuerdo de salida antes de la fecha límite del 29 de marzo, indicó ayer el ministro de Economía del Reino Unido, Philip Hammond. “Hay un proceso en marcha en el que se está pensando muy seriamente acerca de dónde ha trazado la Unión Europea sus líneas rojas, si de verdad es necesario que estén en el lugar donde se han establecido”, dijo Hammond desde el foro de Davos, en Suiza.

Con todo, el ministro detalló que no espera que Bruselas vaya “simplemente a eliminar la salvaguarda” para Irlanda del Norte, el punto más controvertido del pacto. Un portavoz de la primera ministra, la conservadora Theresa May, insistió asimismo en que si la Unión Europea quiere evitar que el Reino Unido abandone el bloque sin un acuerdo, deberá hacer nuevas concesiones.

“La primera ministra ha presentado el pacto, tal como está, ante el Parlamento y ha sufrido una derrota significativa. Así que, claramente, si tenemos que salir con un acuerdo, vamos a tener que hacer algunos cambios en él”, dijo ese portavoz a los medios. May continúa estos días dialogando con la facción más euroescéptica de su propia formación y con sus socios norirlandeses del Partido Democrático Unionista (DUP) para encontrar una propuesta que acepten tanto esos dos grupos como la Unión Europea.

El voto en contra de los tories euroescépticos y los unionistas norirlandeses llevó a que el Parlamento rechazara por un amplio margen el pasado 15 de enero el acuerdo del Brexit al que May llegó con los 27 países comunitarios restantes en noviembre.

Los diputados críticos con el pacto quieren que se elimine o se limite con una fórmula “legalmente vinculante” el mecanismo de salvaguarda diseñado para evitar una frontera en Irlanda del Norte, que, en su opinión, puede dejar al Reino Unido integrado en las estructuras comerciales europeas durante años.

La UE ha rechazado hasta ahora renegociar los términos del pacto y el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, reiteró ayer esa postura en una entrevista con la cadena británica BBC: “Me temo que no tenemos nada que ofrecer”, esgrimió.

“Un acuerdo es un acuerdo, y la responsabilidad del Brexit está claramente sobre los hombros del Gobierno británico, no sobre los hombros de los Gobiernos de los Estados miembros de la Unión Europea”, agregó el ministro galo.

El próximo martes, el Parlamento británico votará una moción neutra (sin propuestas alternativas) del Gobierno sobre los planes del Brexit que expuso May esta semana, en una sesión en la que las enmiendas a esa moción cobrarán protagonismo. Aunque no serán legalmente vinculantes, pueden agregar presión sobre el Gobierno para tomar una u otra vía en las próximas semanas.

Entre otras cláusulas, diputados de todos los partidos han puesto sobre la mesa propuestas para extender el plazo para abandonar la Unión Europea, bloquear la posibilidad de una salida sin acuerdo y convocar un segundo referéndum.

Será el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, quien decidirá horas antes de la sesión qué cláusulas se someten finalmente a votación. Parlamentarios conservadores presentaron ayer una nueva enmienda que pide agregar al acuerdo del Brexit una limitación temporal para la salvaguarda irlandesa, hasta el 31 de diciembre 2021. Los tories euroescépticos y el DUP podrían respaldar esa propuesta con el fin de presionar a Bruselas, que hasta ahora se ha mostrado contraria a limitar el mecanismo de seguridad.

Desde la República de Irlanda, el banco central de ese país advirtió por su parte de que una salida abrupta del Reino Unido de la UE golpearía asimismo a su economía. La entidad calcula que ese escenario podría provocar una caída de hasta tres puntos porcentuales en el crecimiento de la economía irlandesa durante 2019.

acopio de medicamentos Por su parte, la compañía farmacéutica Novartis está incrementando sus inventarios de medicamentos y pastillas en Reino Unido para evitar que se produzcan interrupciones en el suministro como consecuencia de la posible salida de Reino Unido de la Unión Europea, según informó en un comunicado.

La firma alerta de que, después del rechazo del Parlamento al acuerdo cerrado por la primera ministra británica, Theresa May, el riesgo de que Reino Unido salga del bloque comunitario sin acuerdo se ha “incrementado”. Esto, en opinión de Novartis, sería perjudicial para los pacientes en relación al suministro y la seguridad de los medicamentos.

“Alejarse de la cooperación cercana, tanto regulatoria como legal, que existe hoy entre Reino Unido y la UE tiene grandes implicaciones para la forma en la que operan los sectores sanitarios y su capacidad de desarrollar y enviar medicamentos para los pacientes británicos”, subrayó el laboratorio suizo. Así, Novartis detalla que sigue ejecutando los planes de contigencia que había diseñado para garantizar el suministro de medicamentos, que supera los 120 millones de cajas al año. “Estamos incrementando el inventario de las medicinas que comercializamos en Reino Unido”, explica la firma.