Sumur - Los equipos de rescate continúan trabajando entre intensas lluvias para encontrar a supervivientes y víctimas del tsunami que asoló el 22 de diciembre la costa occidental de la isla indonesia de Java y que ha acabado con la vida de 430 personas, según el último recuento oficial.
Las intensas precipitaciones caídas en las últimas horas en las localidades pesqueras de costa han dejado las carreteras embarradas y han provocado dificultades para lograr trasladar los convoyes con maquinaria pesada y con ayuda humanitaria destinados a las zonas más aisladas. Las autoridades han pedido a los residentes que permanezcan alejados de la costa ante el riesgo de nuevas grandes olas.
Las nubes de humo y cenizas que expide el volcán Anak Krakatoa, una escisión del volcán Krakatoa, han dejado casi sumida en la oscuridad la isla volcánica en la que una potente erupción bajo el mar provocó el 22 de diciembre un aumento repentino del nivel marítimo y un tsunami que arrasó la costa del estrecho de Sunda, que separa las islas de Java y Sumatra. La agencia meteorológica de Indonesia (BMKG) informaba ayer de que las malas condiciones meteorológicas podrían provocar más inestabilidad en el cráter del volcán. “Hemos desarrollado un sistema de supervisión centrado específicamente en los temblores volcánicos en el Anak Krakatoa para que podamos ofrecer alertas tempranas”, aseguraba el director de la BMKG, Dwikorita Karnawati, antes de señalar que se ha establecido una zona de dos kilómetros de exclusión en torno al volcán.
El último balance del tsunami facilitado por las autoridades de Indonesia es de 430 muertos, unos 1.500 heridos, 21.000 evacuados y 159 personas en paradero desconocido. El Gobierno ha declarado el estado de emergencia hasta el 4 de enero, en un intento por facilitar el despliegue de medios y el reparto de ayuda humanitaria para las comunidades afectadas, según explicaba el portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Emergencias de Indonesia (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho.
Los equipos de búsqueda y rescate están centrando sus esfuerzos en la localidad de Sumur, situada cerca del extremo suroccidental de la isla de Java, donde las carreteras “están dañadas y congestionadas” y los helicópteros se han desplegado para realizar evaluaciones y evacuaciones, relata. Grupos de voluntarios levantan puentes provisionales con bloques de cemento en las zonas más devastadas por el tsunami.
Indonesia es un vasto archipiélago que está situado en el llamado Anillo de Fuego en el océano Pacífico. Este año ha registrado el peor balance de muertos por desastres en más de una década. El último, que llegó días antes de Navidad, ha recordado lo sucedido el 26 de diciembre de 2004, cuando un enorme tsunami acabó con la vida de más de 226.000 personas en catorce países de la región, con más de 120.000 víctimas mortales en territorio indonesio.
Tras la gran ola registrada el 22 de diciembre, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha estado prestando atención sanitaria a muchos de los heridos con sus equipos destacados en las localidades de Carita y Labuan. “En las zonas más remotas, hemos tratado a muchos heridos que no habían recibido todavía atención médica”, ha explicado la organización en un comunicado. Los equipos de MSF han comenzado a trabajar con clínicas móviles para atender a las personas que han sido evacuadas a zonas más altas y a quienes viven en localidades muy alejadas de centros médicos.
La organización no gubernamental Save the Children, que ha estado atendiendo a niños que se han visto afectados por el tsunami en las regiones de Pandeglang, Serang y Lampung Sur, ha alertado del impacto psicológico que pueden sufrir estos menores tras el desastre. “Al no haber ningún aviso de tsunami, miles de personas se vieron sorprendidas con la llegada del agua y no pudieron protegerse. El impacto psicológico en los niños y niñas ha sido grande y está muy presente el miedo a otro posible maremoto. Además muchos se encuentran solos porque han perdido el contacto con sus padres”, ha contado la ONG, en un comunicado.
Recuento oficial. El último balance oficial del tsunami es de 430 muertos, unos 1.500 heridos, 21.000 evacuados y 159 personas en paradero desconocido. El Gobierno ha declarado el estado de emergencia hasta el 4 de enero, en un intento por facilitar el despliegue de medios y el reparto de ayuda humanitaria.Un cielo de cenizas. Las nubes de humo y cenizas que expide el volcán Anak Krakatoa, una escisión del volcán Krakatoa, han dejado casi sumida en las oscuridad la isla volcánica.