Londres - La primera ministra británica, Theresa May, será “obligada a dar marcha atrás” en su polémico plan de inmigración, para que después del Brexit baje el umbral salarial anual de las 30.000 libras anunciadas esta semana a las 21.000 libras esterlinas. La líder conservadora ya tuvo que conceder que habría un año más de consultas sobre el citado umbral después de una revuelta de su gabinete, que no se pone de acuerdo, tras las demandas hechas por las empresas que exigen el derecho a contratar trabajadores extranjeros poco calificados.

En un primer momento, May quiso limitar en el libro blanco de la inmigración, publicado el miércoles, la llegada de europeos con empleos al Reino Unido que fuesen a cobrar menos de 30.000 libras anuales. Pero ministros como el de Economía y Hacienda, Philip Hammond; y el de Negocios, Greg Clark, esperan la presión de los grupos de empleadores para recortar el citado umbral.

En el libro blanco se expone que la actual libre circulación de la Unión Europea, considerada una de las razones clave para la victoria del Brexit, terminará en suelo británico a partir de 2021. Sin embargo, en la presentación del mismo en la Cámara de los Comunes, el ministro del Interior, Sajid Javid, reconoció que la cifra propuesta en un principio por el Comité Asesor de Migración independiente “no está escrito en piedra”.

De hecho, el documento propone un sistema basado en habilidades que no hace distinciones entre los países de la UE y los países que no pertenecen al bloque común. Pero Javid admitió que los ministros necesitaban realizar un trabajo adicional: “Tendremos que tener más participación para asegurarnos de hacerlo bien y encontrar un umbral que creemos que funcione para todas las partes del Reino Unido”.

Los funcionarios del Ministerio del Interior también se negaron a predecir si el nuevo régimen reduciría la inmigración, diciendo que los futuros niveles dependerían de una serie de factores que eran difíciles de predecir. Esa reticencia se hizo eco de la negativa de Javid de repetir el compromiso electoral de mayo de 2017 de reducir la migración neta a “decenas de miles”.

El objetivo de reducir la migración neta (la diferencia entre el número anual de personas que llegan al Reino Unido frente al número de personas que se marchan) fue establecido por el gobierno de coalición de David Cameron en 2010. El objetivo nunca se ha alcanzado, con una migración neta anual de aproximadamente 244.000.

Downing Street ha intentado que se publique el libro blanco de la inmigración durante un año, creyendo que la introducción de estrictos controles fronterizos era un punto a favor de May, de cara a conseguir más apoyos parlamentarios para la votación de enero en Westminster del acuerdo Brexit con la UE.

Preocupación empresarial Las organizaciones empresariales, sin embargo, mostraron pronto su preocupación. Ese fue el caso de Josh Hardie, el subdirector de la Confederación de la Industria Británica (CBI), quien resaltó que los “hospitales, constructores de viviendas y minoristas están luchando por encontrar a la gente que necesitan con salarios muy por debajo de 30.000 libras, por lo que estas propuestas deben cambiar”.

La organización, que representa a 190.000 empresas, ha estado liderando una batalla de un año contra el nuevo sistema de inmigración propuesto y no ha tenido reparos en acusar al gobierno de “taparse los oídos” cada vez que escucha algo que no se ajusta a la filosofía de inmigración de May. En el caso de Mike Cherry, el presidente de la Federación de Pequeñas Empresas (FSB, por sus siglas en inglés), advirtió que siete de cada diez pequeños empleadores confiaban en personal poco cualificado que podría ser descalificado para trabajar en Reino Unido, de poner en práctica el citado baremo.

No habrá acceso al sistema de bienestar británico. Aquellas personas que ingresen bajo el nuevo sistema no tendrán “derecho de acceso a fondos públicos o de liquidación”

Inmigración basada en habilidades. El nuevo sistema favorecerá a los trabajadores calificados. El gobierno dice que la política “asegurará que el Reino Unido siga siendo un centro para el talento internacional de la UE y del resto del mundo”.

Trabajadores poco calificados.

Para abordar las preocupaciones de los empleadores, particularmente en la construcción y la asistencia social, se propone que los trabajadores poco calificados puedan ingresar al Reino Unido por un máximo de 12 meses. No tendrán acceso a fondos públicos, cambio a otra visa o reunión familiar.

Umbral salarial de 30.000 libras anuales. Habrá un umbral salarial, pero esto se aplicará a un período de consulta de 12 meses, por lo que esto podría cambiar si el gobierno sucumbe a la presión de la comunidad empresarial.

Ciudadanos de la UE en el Reino Unido. Los que deseen permanecer en el país deberán registrarse para obtener un estado conocido como “establecido”. Tendrán hasta el junio de 2021 para hacerlo, siempre que haya un período de transición.

Miembros de la familia de ciudadanos de la UE en el Reino Unido. Después del ‘Brexit’, los ciudadanos de la UE que deseen unirse a sus familiares “necesitarán permiso para hacerlo, normalmente en forma de un estado electrónico que debe obtenerse antes de ir al Reino Unido”.