bilbao - El presidente español, Pedro Sánchez, ha cambiado de criterio y se va a lanzar a presentar los Presupuestos para el próximo año en enero, con la esperanza de que los nacionalistas catalanes reconsideren su veto ante el temor a que lleguen tiempos más oscuros con la ultraderecha de Vox si se produce un adelanto electoral. El PNV, como es su costumbre, no se negará a dialogar si recibe su llamada, pero para entrar a negociar tiene que escuchar primero su planteamiento y cree que es Sánchez quien debe moverse para garantizar la estabilidad de su legislatura. En ese sentido, los jeltzales concederán mucha relevancia a la existencia o no de una propuesta por parte de Sánchez que desbloquee la aprobación del proyecto por el flanco catalán de ERC y el PDeCAT, porque lo contrario sería implicarse en una negociación condenada al fracaso y lanzarse a una piscina en la que no hay agua. Piden abrir un diálogo con Catalunya.

A partir de ahí, si se abriera una negociación, el PNV plantearía las demandas vascas: que se cumplan los compromisos plurianuales cerrados con el expresidente Rajoy, y que Moncloa atienda nuevas reivindicaciones que pondrán sobre la mesa los jeltzales. Todo ello, con una visión pragmática y realista porque su vocación es dar estabilidad a la legislatura para evitar un adelanto electoral que catapulte a la derecha y que el calendario de transferencias quede en agua de borrajas. “Seremos exigentes, pero razonables”, resumen fuentes de Sabin Etxea consultadas por DNA.

El Gobierno español llegó hace semanas a un acuerdo con Unidos Podemos, pero la situación se torció después de que la Fiscalía confirmara su elevada petición de penas para los líderes soberanistas catalanes. El PNV, en contacto constante con ERC y el PDeCAT, conoció de primera mano que su rechazo a las Cuentas era irreversible, y no vio sentido a asumir el desgaste de abrir una negociación condenada al fracaso. El propio Sánchez desistió y anunció que no presentaría el proyecto sin apoyos. La irrupción de Vox en Andalucía le ha hecho rectificar y cree que puede utilizar ese factor como forma de presión a los catalanes, que además están sufriendo protestas en su territorio por los recortes sociales y Sánchez los quiere seducir con las inversiones de sus Presupuestos.

El PDeCAT comenzó a ceder ayer abriendo por primera vez un resquicio a la negociación, aunque sea mínimo, pero la novedad es que lo hace a pesar de haya presos en la cárcel. Su portavoz económico, Ferrán Bel, anunció que con una “propuesta razonable” que vaya más allá de un nuevo Estatut su partido negociaría las Cuentas, y no habló de manera expresa de un referéndum de autodeterminación, aunque la propuesta que haga Sánchez deberá moverse en parámetros similares de ambición, de manera que el acuerdo sigue siendo muy complicado. ERC fue más inflexible. Continuó siendo un bloque de granito y tuvo una reacción airada, porque se tomó el llamamiento de Sánchez como un chantaje con Vox. Volvió a exigir la liberación de los presos y, por boca de Gabriel Rufián, avisó de que no consentirá ningún tipo de presión.

QUE SE MUEVA SÁNCHEZ En ese contexto, fuentes de la ejecutiva jeltzale quieren dejar claro que no emplazan a los catalanes ni a Podemos, sino que, en todo caso, a quien hacen un llamamiento para que cambie de estrategia es a Sánchez. “Queremos estabilidad y que dure la legislatura, pero el que tiene que moverse y dar pasos es Pedro Sánchez”, dicen. En concreto, señalan dos flancos: que desbloquee la negociación con los catalanes, y que atienda la agenda vasca.

“Si nos llama, hablaremos. Eso no significa negociar. Habrá que ver si se ha movido con Catalunya y si tiene otro planteamiento. Veremos si negociamos o no. Si vemos que va a tocar la tecla que desbloquee todo esto, negociaremos. Tiene que moverse y lanzar un gesto a los catalanes. Le emplazamos a que abra un diálogo con Catalunya. Además, para lograr el apoyo del PNV, tiene que cumplir los compromisos pendientes y atender nuevas demandas. Seremos exigentes, pero razonables”, explican las fuentes consultadas.

Al PNV le parece bien que Sánchez haya rectificado e intente aprobar los Presupuestos, pero espera que detrás de ese anuncio se encuentre un nuevo planteamiento para desbloquear la situación. Pide mayor ambición con Catalunya, más allá de los gestos simbólicos que no están surtiendo efecto, como la controvertida reunión del Consejo de Ministros en Barcelona prevista para el día 21, que en contra de lo previsto por Sánchez podría convertirse en un polvorín con protestas sociales.

PRESIÓN A LOS CATALANES La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, provocó recientemente cierta confusión al anunciar un próximo acuerdo con el PNV, cuando no se había producido la negociación. Su estrategia pasaba por amarrar el respaldo jeltzale antes que el catalán para presionar así a ERC y el PDeCAT, pero el PNV dejó claro que no iba a entrar en una negociación que no tuviera visos de prosperar. Ofreció entonces dar estabilidad a Sánchez por la vía de los decretos: si no hubiera Cuentas, el presidente podría aprobar sus medidas estrella, como el aumento del salario mínimo hasta los 900 euros, por decreto, y tanto el PNV como el PDeCAT se mostraron dispuestos a negociar esas medidas concretas. Lo que sí había anunciado públicamente el Gobierno español es que iba a aprobar el incremento del salario mínimo y el sueldo de los funcionarios con independencia de la suerte que corriera el proyecto presupuestario.

Ahora, no obstante, Sánchez amaga con convocar un adelanto electoral si no hay Presupuestos. Quiere colocar a ERC y el PDeCAT ante el abismo de enfrentarse a una cita con las urnas que podría provocar un vuelco y una nueva mayoría de una derecha radicalizada y compuesta por PP, C’s y Vox, que muy probablemente desembocaría en una nueva suspensión del autogobierno catalán en aplicación del artículo 155 de la Constitución española.

El PNV es consciente del riesgo, y también de que en este momento el Gobierno Vasco tiene abierta una negociación prometedora con Madrid para elaborar un calendario de transferencias que incluye Prisiones. Apuesta por la estabilidad, pero cree que Sánchez es el primero que debe moverse.

Cuentas, decretos o comicios. El presidente español ha anunciado que, finalmente, sí presentará los Presupuestos en enero aunque no tenga garantizados los apoyos necesarios para aprobarlos. Ya tiene el respaldo de Unidos Podemos, y debe sumar el de los nacionalistas catalanes de ERC y PDeCAT, y el del PNV. Si no lo consiguiera, tendría abierta la vía de gobernar aprobando decretos que deberían ser convalidados después en el Congreso. El PNV y el PDeCAT ya dijeron que estaban dispuestos a negociar esas medidas concretas. Sánchez, no obstante, presiona ahora con la posibilidad de convocar un adelanto electoral si no hay Presupuestos.

Salario mínimo. Sánchez ha pactado con Unidos Podemos elevar el sueldo mínimo hasta los 900 euros el próximo año. Es la mayor subida de la historia, de un 21%.

Funcionarios. Incremento salarial del 2,25%.

Prestaciones por paro. Recuperar el subsidio por desempleo para mayores de 52 años.

Educación. Aumento de las becas y ayudas para adquirir material escolar.

Pensiones. En este proyecto se consigna también el incremento de las pensiones según el IPC que fue pactado por el PNV con el expresidente Rajoy.

Inversión en Catalunya. Se consignan 2.200 millones.