El Congreso del Partido Popular Europeo PPE celebrado esta semana en Helsinki planteaba un tremendo dilema a los mandatarios conservadores europeos: optar por un candidato y un programa escorado a la derecha para tratar de frenar el aumento del voto a las opciones eurófobas de ultraderecha o buscar el centro liberal como espacio de movilización del voto europeísta. Finalmente, además de la disquisición ideológica, pesó de forma determinante el apoyo claro al alemán Manfred Weber de su compatriota la Canciller Angela Merkel. El partido más votado en los pasados comicios europeos se lanza así el primero a la carrera electoral de mayo de 2019, con la intención de revalidar resultados, pero sobre todo, con la difícil encomienda de conformar en el Parlamento Europeo una mayoría estable que permita seguir adelante con el proyecto de construcción europea.