Londres - Comienza la conferencia anual del partido conservador británico en Birmingham y el exministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, plantea un plan B para el Brexit, advirtiendo de que no puede apoyar a la primera ministra, Theresa May, en su estrategia para la salida de la Unión Europea porque es “un desastre político y económico”. En su último columna semanal en el diario conservador Daily Telegraph, Johnson afirmó que el plan de Chequers será “una humillación moral e intelectual” para el Reino Unido y que no es demasiado tarde para que May respalde un tratado comercial que bautiza como “súper Canadá”, es decir, como el que firmaron Canadá y la Unión Europea pero introduciendo aún más mejoras.
“Se ha producido un fallo colectivo por parte del Gobierno y un colapso de la voluntad por parte del establishment para cumplir el mandato del pueblo”, escribió el euroescéptico, llamando al Gobierno a “evitar este desastre democrático recuperando de verdad el control de nuestras leyes y de nuestras vidas”.
Para Johnson, el plan de May significa dejar a Londres “la mitad fuera y la mitad dentro de la UE” y recuerda, a doble página, una vez más, cómo sus compatriotas votaron por dejar el mercado único y la unión aduanera. Centrándose en ofrecer una alternativa al liderazgo en filas tories y como abanderado de la libertad, busca también posicionarse como la figura clave que consiga sacar a Reino Unido de la UE, tal y como fue votado en el referéndum de 2016.
Pero desde el Gobierno apuntan a que Johnson simplemente “repite maquinalmente ideas, pero sin dar ninguna repuesta”. Lanzando un ataque directo contra su visión alternativa, fuentes del Gobierno le reprocharon que “no garantizaría ningún acuerdo y pondría en riesgo puestos de trabajo” y cómo siendo miembro del gabinete dio el visto bueno al informe conjunto de diciembre, elogiando a la primera ministra por hacerlo.
Las cosas han cambiado mucho y ahora el Brexiter pide a la primera ministra que debe “volver” a los principios que estableció inicialmente para las negociaciones del Brexit antes de “perder el rumbo” en las elecciones generales de 2017. Johnson fue preguntando, hasta en cuatro ocasiones en una entrevista a la BBC, si está dispuesto a dejar a un lado su desafío sobre la primera ministra, a lo que respondió que su trabajo es “defender lo que creo”.
Regreso Político amante de los focos, desde que renunció a estar en el gabinete de May en julio se mantuvo alejado de las cámaras, pero ahora vuelve con fuerza en la antesala de la conferencia anual del Partido Conservador. Lo hace repitiendo una y otra vez que lo que quiere “es cambiar el estado actual de las negociaciones de Brexit” y diciendo que cambiar de primera ministra “no es el problema” para él. El político rechazó a los que creen que simplemente estaba tratando de hacerle la vida más difícil a la primera ministra, describiéndola como una “persona notable”.
El que fuera alcalde de Londres abandonó el gabinete de May en julio en protesta por el plan de la primera ministra sobre la futura cooperación económica con Bruselas, alegando que recortaría la soberanía del Reino Unido y traicionaría el voto de los británicos.
Un ‘Brexit’ peor del esperado Cuando faltan seis meses la salida del Reino Unido de la UE, alrededor del 56% de los británicos cree que el resultado del Brexit será peor de lo que pensaban al votar en el referéndum, frente al 26% que piensa que será tan malo como se esperaba y solo un 9% que cree que será mejor. Entre las personas que votaron a favor de la salida en la consulta de 2016, el 43% piensa que el Brexit no será tan bueno como creyeron en el momento del referéndum, con un 34% diciendo que será como se esperaba y un 15% pensando que será mejor.
La mayoría de los británicos también piensa que las negociaciones del Brexit han llevado más tiempo de lo que pensaban (69% entre todo el público y un 76% entre los votantes a favor de la salida) y han sido más difíciles de lo esperado (54% en general y entre 61% los leavers).
Preguntas clave en el congreso May logró sobrevivir a su desastrosa apuesta por unas elecciones generales en las que perdió la mayoría absoluta y también a la conferencia del partido del año pasado, pero muchos ven en su controvertido plan para la relación británica después del Brexit con Europa su propia tumba. La primera ministra camina por una cuerda floja que corre el riesgo de romper en cualquier momento. La mayoría de los conservadores dicen estar de acuerdo en que no debe ser la candidata del partido a las próximas elecciones, pero tampoco quieren que abandone antes de que termine la negociación del Brexit.
La líder conservadora ha sido firme en su negativa a ceder a los que piden un acuerdo similar al canadiense, diciendo que no funcionaría para Londres y que su plan de Chequers es la única solución para evitar una frontera dura con Irlanda. De ahí que haya una gran expectación por saber lo que dirá sobre el Brexit en el discurso con el que cierra la conferencia. May defiende que el acuerdo del Brexit está más cerca que nunca y ha anunciado que expondrá cómo brindará oportunidades para todos con “un país más fuerte y más justo con oportunidades reales para las personas que trabajan duro y hacen lo correcto”.