vitoria - El lehendakari no quiere un acuerdo sobre la reforma estatutaria limitado solo a PNV y EH Bildu, las dos formaciones que hasta ahora han logrado trabar un documento conjunto sobre el nuevo estatus que elabora el Parlamento Vasco. Iñigo Urkullu aboga por redactar un texto que no colisione con la legalidad para evitar caminos de unilateralidad como el procés de Catalunya o portazos como el que en 2006 recibió en Madrid el denominado Plan Ibarretxe. “Ya hemos tenido y tenemos textos sin viabilidad ni recorrido institucional”, sentenció el jefe del Ejecutivo vasco, que llegó a preguntarse hasta qué punto merece la pena, a la vista del contexto político, avanzar en una estrategia que él no comparte del “todo o nada” en conceptos sin encaje constitucional, “si el objetivo es profundizar y actualizar un autogobierno”.
Urkullu llamó ayer a ensanchar el acuerdo entre las dos formaciones abertzales para elaborar un nuevo estatus vasco desde el cumplimiento del ordenamiento jurídico. “No se trata de hacer renuncias, sino de ser conscientes de la realidad. Como lehendakari tengo la responsabilidad de representar al conjunto de la sociedad”, señaló en una entrevista en Radio Euskadi. Precisó que el acuerdo alcanzado por PNV y EH Bildu “sirven de herramienta de trabajo” en la nueva fase de la Ponencia de Nuevo Estatus que, tras el paréntesis estival, volverá a reunirse el próximo 12 de septiembre.
Antes, este mismo viernes, los partidos políticos presentarán en el Parlamento el nombre de los expertos que se encargarán de la redacción de un articulado de las bases del acuerdo entre los partidos abertzales. Este texto volverá a los partidos para que realicen las aportaciones y enmiendas pertinentes y el documento final consensuado por la Cámara vasca será refrendado en una consulta por la ciudadanía vasca antes de su periplo por el Congreso de los Diputados, que es quien tiene la última palabra.
Después de que la portavoz del Gobierno español, Isabel Celaá, augurara un fracaso en el Congreso de los Diputados si la propuesta de nuevo estatus suscrita entre los dos partidos abertzales es la definitiva, el lehendakari Urkullu, que diferenció su posición como miembro del PNV de la de jefe del Gobierno Vasco, señaló que como militante jeltzale está “de acuerdo con lo que el PNV haya hecho”, pero como lehendakari tiene “una responsabilidad de empastar una relación entre partidos diferentes y de intentar representar a una mayoría plural de la sociedad vasca”.
Tras mostrarse abierto a cambiar el documento de bases, el lehendakari cree que hay mimbres para ampliar el acuerdo, reclamó a todos los partidos políticos vascos un ejercicio de pragmatismo para lograr “cuando menos para una generación” un texto articulado lo más consensuado posible. A su juicio, ese acuerdo garantizaría la bilateralidad efectiva, situaría a Euskadi en ámbitos como la Unión Europea e incluso podría incluso abordar algunas cuestiones del Poder Judicial. “Creo que esto, junto a los derechos sociales y civiles, puede ser perfectamente encajable en la Constitución española”, zanjó.
No obstante también reclamó al Gobierno español que no se dedique solo a alertar sobre el nuevo estatus. “Se plantea la inconstitucionalidad del nuevo estatus y se obvia que no se cumple el Estatuto de Gernika”, ha dejado claro. En este sentido, Urkullu recordó que “el Parlamento Vasco votó por cumplir las transferencias pendientes. Sánchez debe tenerlo presente. Tiene la oportunidad de elaborar un calendario de trabajo”. Reprochó a PSOE, Partido Popular y Ciudadanos que critican al PNV porque sus propuestas no tienen encaje constitucional, al tiempo que se rasgan las vestiduras ante el incumplimiento de la ley en el caso del Estatuto vasco, al que le quedan pendientes 37 competencias por transferir.
Cuestionado sobre la disposición de EH Bildu a apoyar o pactar los presupuestos del año que viene en caso de que se rompa la relación con el PSE, Urkullu negó la mayor y ratificó la sintonía con sus socios de gobierno. “Digo claramente que no es necesario romper nada para construir, necesitamos construir sobre lo que ya existe, nada de rupturas”. Con el gobierno en minoría (jeltzales y socialistas se quedan a un voto de la mayoría absoluta) y las relaciones con el PP en un momento complicado, el lehendakari explicó que la prórroga de las cuentas “no es una opción del Gobierno, pero no la consideramos dramática, y menos con una evolución positiva de la economía vasca y un incremento de la recaudación”.
No obstante, su primera opción es elaborar el proyecto de los presupuestos para el 2019: “Si hubo acuerdo con el presupuesto de este año, base para los del próximo, no parece que la razón para no hablar del borrador sean los propios presupuestos, sino otra diferente”.
Pide pasos. El lehendakari pidió a los presos de ETA que también den “pasos” para hacer posible la modificación de la política penitenciaria. Tras recordar que un 95% de los reclusos de la banda se encuentran en primer grado, Urkullu dijo que “en el conjunto de la población reclusa del Estado, probablemente sea solo el 5% la que se encuentra en primer grado, pero curiosamente en el colectivo de presos de ETA hay un 95% en primer grado. “¿Damos todos los pasos necesarios para cambiar esta situación?”, cuestionó.