WASHINGTON. Aunque el presidente de Estados Unidos hizo unas breves declaraciones al respecto poco antes de llegar a su acto de campaña, no quiso tocar el asunto frente a sus electores.

"Me siento muy mal por Paul Manafort", dijo Trump a periodistas al llegar a Virginia Occidental. "No es algo que me implique a mí, pero sigo sintiendo que es algo muy triste lo que ha ocurrido. No tiene nada que ver con la conspiración con Rusia", agregó.

Manafort fue declarado culpable de ocho delitos financieros y Cohen, en otro juicio, se declaró culpable de ocho cargos por delitos graves, incluidos dos de violación de la ley federal de financiación de campaña, vinculado a la propia campaña electoral del hoy presidente.

Dadas las complejas implicaciones que puede tener la culpabilidad de ambos para el propio mandatario, sobre todo en lo concerniente a la llamada "trama rusa", Trump eludió hacer referencia al asunto y centrarse en hacer campaña por el candidato republicano al Senado por Virginia Occidental, Patrick Morrisey.

No obstante, el presidente aludió brevemente a la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la intromisión de Moscú en las elecciones presidenciales de 2016, y volvió a calificarla como una "caza de brujas".

"¿Dónde está la colusión?" Trump preguntó retóricamente. "Sabéis, todavía están buscando colusión. ¿Dónde está la colusión? Encontrad alguna colusión", reiteró.

Pero la gran parte de su discurso estuvo dirigida a subrayar su papel en la Casa Blanca, instando a los votantes a mantener el Senado en manos del Partido Republicano este otoño para continuar "haciendo a Estados Unidos magnífico de nuevo".

Trump escogió hacer campaña en el corazón de la minería del carbón estadounidense, uno de sus principales feudos electorales, el mismo día en que su Agencia de Protección Ambiental (EPA) propuso nuevas reglas que permiten a los estados adoptar regulaciones menos estrictas sobre las plantas eléctricas antiguas alimentadas con ese combustible fósil.

"Nos encanta el carbón limpio y hermoso de Virginia Occidental. Nos encanta. Es indestructible", dijo el mandatario en su discurso, sugiriendo que el carbón era más duradero que el viento, la energía solar o incluso el petróleo.

"Necesitamos elegir a cinco, seis o incluso siete senadores más y creo que podemos obtenerlo y tenemos que comenzar con Patrick Morrisey", apeló.

Morrisey, fiscal general de Virginia Occidental, está desafiando al actual senador demócrata Joe Manchin, uno de los más conservadores de su partido, pero también uno de los más vulnerables en un estado eminentemente republicano.

"Esta elección es más importante que cualquier otra", insistió el magnate, al asegurar que su partido necesita mantener la mayoría en el Congreso para, entre otras cosas, endurecer las leyes de inmigración.

"Me gusta Joe, pero Joe no vota por nosotros -dijo-. (Un voto de Manchin es) un voto para (el líder demócrata en el Senado, Chuck) Schumer, (la líder demócrata en la Cámara Baja) Nancy Pelosi, o su nueva líder, (la congresista demócrata) Maxine Waters... No están a favor de Virginia Occidental. No saben que Virginia Occidental existe", aseguró Trump.

El multimillonario ha decidido involucrarse de manera activa en la campaña para las elecciones conocidas en Estados Unidos como de "medio mandato", unos comicios en los que se renovarán los 435 asientos de la Cámara de Representantes y un tercio de los 100 miembros del Senado, así como una decena de gobernaciones.

Según anunció hoy la Casa Blanca, Trump participará en al menos ocho mítines y 16 actos de recaudación de fondos en 15 estados, entre ellos Nevada, Missouri, Kentucky, Tennessee, Montana, Dakota del Norte y Dakota del Sur, con el objetivo de poder mantener el control que ahora tiene su partido en las dos Cámaras del Congreso.

COHEN, CHALECO ANTIBALAS DE TRUMP Michael Cohen es un controvertido abogado que durante más de una década dijo que lo daría todo por el ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y que hoy decidió declararse culpable de diversos cargos por acciones vinculadas al magnate ante la asfixia del FBI.

"Soy el tipo que recibiría una bala por el presidente", aseguró el propio Cohen en una entrevista para Vanity Fair en septiembre de 2017, esbozando un concepto de lealtad que parece haber cambiado.

"Para ser absolutamente claro, (...) mi familia y mi país tienen mi principal lealtad", dijo al canal televisivo ABC hace unas semanas.

Este martes, Cohen formalizó un acuerdo con las autoridades para declararse culpable de distintos delitos de fraude y de violación de finanzas de campaña electoral, relacionados con sus propias finanzas y con acuerdos alcanzados con mujeres para acallar supuestas relaciones extramatrimoniales de Trump.

Esa decisión de Cohen, atosigado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) por su actuación ante los escándalos del ahora presidente, supone un duro golpe para Trump, que ve cómo personas de su círculo se están viendo cercadas por investigaciones criminales, pero no garantiza que el abogado vaya a cooperar con la Justicia.

Apodado el "pitbull" del magnate, Cohen ha estado vinculado a Trump desde 2007, cuando inició su periplo en la Organización Trump como alto cargo y se convirtió en su asesor legal personal, puesto en el que su compromiso excedía las prácticas que normalmente se esperarían de un abogado.

"Si haces algo mal (contra Trump), voy a ir a por ti, te cogeré del cuello y no te dejaré ir hasta que haya terminado", llegó a decir en una entrevista con el canal ABC.

Según el perfil de la plataforma Linkedin de Cohen, este estuvo ligado al magnate durante más de 11 años hasta el pasado junio, fecha en la que el presidente aseguró que ya no era su abogado personal, aunque reconoció que siempre le "gustó".

Durante todo ese tiempo, Cohen ha sido el fiel escudero de Trump, su hombre para todo, y ha protagonizado titulares que incluían amenazas, acoso verbal y pagos de miles de dólares para silenciar acusaciones y "proteger" al ahora mandatario.

En los últimos meses, medios locales ya habían apuntado que el letrado estaba considerando colaborar con las autoridades en caso de enfrentarse a cargos penales, algo que también parece extraerse del cambio de discurso sobre su lealtad hacia Trump.

El FBI registró el 9 de abril la oficina de Cohen en Nueva York y confiscó documentos relacionados con distintos asuntos, entre ellos los supuestos pagos de hasta 130.000 dólares que hizo a la actriz porno Stormy Daniels para que guardara silencio sobre la relación que supuestamente mantuvo con el actual mandatario.

Este martes, Cohen reconoció que este tipo de pagos, con los que violó las normas de financiación de campañas electorales, los hizo "a petición del candidato", es decir, de Trump.

Cohen, de 52 años, estudió en la Universidad Americana en Washington, y en la Escuela de Derecho Thomas M. Cooley en el estado de Michigan, un centro que ha sido tachado como poco selectivo.

El atípico personaje ejerce de abogado desde 1992 y en 2003 aspiró a ser concejal en el Ayuntamiento de Nueva York como candidato conservador, aunque finalmente no lo logró.

En mayo, medios locales informaron de que el letrado recibió 500.000 dólares de oligarcas rusos poco después de las elecciones presidenciales de 2016.

Desde poco antes de los comicios, también ingresó 4,4 millones de dólares, incluyendo unos 400.000 del gigante farmacéutico suizo Novartis, 200.000 de la empresa de telecomunicaciones AT&T y 150.000 de la compañía estatal aeroespacial surcoreana Korea Aerospace Industries.

Ya este lunes, varios medios recogieron que los investigadores estaban examinando más de 20 millones de dólares en préstamos obtenidos supuestamente de forma irregular por Cohen y las compañías de taxis de su familia.

Ahora que Cohen ha reconocido ser culpable de delitos correspondientes a medidas que tomó para proteger a Trump, habrá que esperar para ver si esto desemboca en cooperación con las autoridades, algo que por ahora no se ha incluido y que sin duda podría aportar luz en torno a la figura del presidente.