Pues sí, el PNV lo ha vuelto a hacer, y lo que quien más quien menos intuía que iba a ocurrir, ha ocurrido. Esto es, el Partido Nacionalista Vasco ha votado en contra de devolver los Presupuestos Generales del Estado al Gobierno, o dicho de manera más sencilla, el PNV le ha dado oxígeno a Rajoy para agotar, sin agobios, la legislatura y con el 155 vigente en Catalunya.
No obstante, hay que reconocer que, a pesar de la contradicción, para el PNV, el acuerdo es perfecto.
De una tacada, disminuye la presión en la calle de un colectivo, el de los pensionistas, que en Euskadi estaba siendo especialmente activo y empezaba a apelar a la responsabilidad del propio PNV; responde a una demanda de una parte importante de su propio electorado, y por último, consigue que las acusaciones de privilegios, cuponazos y demás zarandajas naranjas queden en nada.
Es cierto que a efectos prácticos la subida de 1,6% no supondrá grandes cambios para ninguno de los miles de pensionistas en Euskadi, pero también lo es que para muchos de ellos ésta es una victoria moral en toda regla y que la satisfacción de haber conseguido un objetivo como este gracias a la movilización, no se la quita nadie.
Además, ha quedado claro que, como en tantas otras cuestiones, la presunta imposibilidad presupuestaria para subir las pensiones por encima del 0,25% no es más que una excusa de mal pagador, y que cuando hay voluntad política -o como en este caso, necesidad- lo que hasta ayer era imposible, se convierte en posible de la noche a la mañana, lo que, entre otras cosas, da esperanzas a quienes cobrando auténticas miserias aspiran a obtener pensiones dignas en el futuro.
Lo dicho, miel sobre hojuelas.
Pero una cosa es que sea un buen acuerdo y otra muy distinta, tal y como ha afirmado Andoni Ortuzar, que este acuerdo haya servido además para evitar la llegada de Rivera a la Moncloa y facilitar una solución en Catalunya ganando tiempo.
En relación con la primera justificación, hay que subrayar que está por demostrar que la devolución de los Presupuestos llevara a Mariano Rajoy a convocar elecciones. Tengo muy serias dudas de que pudiendo mantener la prórroga de los Presupuestos del año pasado -no olvidar que estos se aprobarán en mayo- Rajoy se pusiera nervioso y en una especie de harakiri político convocara elecciones. Pero es que aunque fuera así, está también por demostrar que Rivera fuera capaz de alcanzar un acuerdo con alguien para llegar a la Moncloa en caso de que ganara esas elecciones, lo que también está por ver.
Por su parte, la otra razón para autolevantarse el veto negociador, esto es, la ganancia de plazos para resolver la cuestión catalana tampoco es tal, porque los plazos están marcados desde que el Parlament celebró el pleno de investidura, aunque no se pudiera investir a nadie.
Una cosa es que el PNV vote a favor de los Presupuestos una vez se han agotado los plazos en Catalunya para, llegado el caso, convocar elecciones y otra muy distinta que eso suponga la retirada del 155.
Porque por más que nos digan que todavía cabe la posibilidad de que el PNV no vote a favor de los Presupuestos, cuesta creer que se conviertan en los responsables de la llegada de Rivera a la Moncloa, ¿verdad?