KABUL. Al menos dos personas muertas y otras 22 personas resultaron heridas en el ataque suicida hoy contra la sede de la organización no gubernamental Save the Children en Jalalabad, en el este de Afganistán, donde prosigue el intercambio de disparos entre los insurgentes y las fuerzas de seguridad afganas.

"Hasta el momento hemos recibido en el hospital un cadáver y tratado a 14 heridos del ataque", afirmó a Efe Inamullah Myakhil, portavoz de Directorio de Salud Pública de la provincia de Nangarhar, de la que Jalalabad es la capital.

El ataque comenzó hacia las 9.10 hora local (4.40 GMT), cuando un suicida detonó un vehículo cargado de explosivos en la entrada del edificio y dio paso a un número aún no confirmado de asaltantes, dijo a Efe el portavoz de la Policía de Nangarhar, Hazrat Hussain.

El portavoz del gobernador de Nangarhar, Attaullah Khogyanai, explicó a Efe que el cuerpo del fallecido fue encontrado en la primera planta, que ha sido despejada de insurgentes por las fuerzas de seguridad, igual que el segundo piso.

"La operación continúa en la tercera planta, que es la última del edificio", concluyó Khogyanai.

Un miembro del consejo provincial de Nangarhar, Zabihullah Zmarai, detalló a Efe que según la información proporcionada desde el lugar del ataque se cree que entraron tres insurgentes en el inmueble y que además hay dentro varios empleados de la ONG.

Save the Children condenó el ataque a través de la red social Twitter, en la que la organización dedicada a la ayuda a la infancia se mostró "devastada" por las noticias que llegaban desde Nangarhar.

"Nuestra principal preocupación es la seguridad de nuestros empleados", subrayó Save the Children.

El ataque todavía no ha sido reivindicado y los talibanes se desvincularon del incidente a través un mensaje en Twitter de su portavoz, Zabihullah Mujahid, que dijo que la acción "no tiene nada que ver" con ellos.

Los grupos insurgentes armados y las organizaciones criminales tienen habitualmente entre sus objetivos a las organizaciones no gubernamentales en Afganistán, donde la situación de seguridad se ha deteriorado de manera considerable en los últimos dos años.

En octubre del año pasado, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció la reducción "drástica" de sus operaciones en el país tras varios ataques a sus instalaciones y la muerte de siete de sus trabajadores en ataques armados en nueve meses, entre ellos la española Lorena Enebral Pérez, de 38 años.

Nangarhar, provincia fronteriza con Pakistán, es una de las zonas más inseguras de Afganistán.

En ella operan los talibanes y el Estado Islámico (EI), que tiene en esta zona su principal bastión en el país asiático, y su capital es habitual escenario de ataques terroristas contra objetivos civiles.