Seamos sinceros. A los periodistas nos gusta jugar a corto y, por eso, los discursos a meses vista nos resultan menos atractivos que aquellos en los que hay anuncios concretos, fechas, cifras? lo que viene siendo un titular redondo. En el mensaje que el lehendakari dirigió a la ciudadanía vasca el día de Nochevieja, Urkullu hizo un discurso más de intenciones que de titulares y sólo leyéndolo así podemos entender algunos de los llamamientos al esfuerzo colectivo para mejorar.
Prefirió referirse a los retos que tiene su Ejecutivo que a emplazar a terceros y los fijó en el terreno del sentido común, ese en el que cualquiera puede sentirse identificado al margen de su opción política. Porque no conozco a nadie que no desee crecimiento económico, más empleo de calidad, protección social a los más desfavorecidos, respeto a los derechos humanos y, aquí podría estar única discrepancia, más y mejor autogobierno. En este punto es donde convendría más concreción, porque llevamos ya demasiado tiempo dando vueltas a la cuestión.
No parece que en 2018 se vaya a resolver la situación de Catalunya, pero apostaría a que sí se va a templar y entrará en parámetros distintos a los convulsos meses que han transcurrido desde septiembre hasta ahora. El lehendakari no se refirió a Catalunya, pero cualquiera que escuchara su reiterado llamamiento al pacto, al acuerdo y al diálogo puede deducir que esa vía vasca es la que debe guiar los pasos para renovar nuestro autogobierno. Y si Catalunya se atempera, habrá más facilidades para buscar el consenso; el interno, en Euskadi; y el externo, con España.
A veces se nos olvida que pese a la extrema violencia en la que hemos vivido, Euskadi ha sabido evolucionar y aguantar en niveles de bienestar social y renta envidiables. Por eso, desaparecida esa lacra, también deberíamos creer de manera colectiva que podemos hacer grandes cosas juntos, sin exclusiones ni vetos. Empezar a confiar en nosotros mismos y en nuestras potencialidades es un buen principio para esforzarse en buscar más las coincidencias que subrayar las diferencias.
El auzolan al que invitó el lehendakari requiere el esfuerzo de todos, de partidos políticos, sindicatos, asociaciones civiles, pero también de la aportación individual que cada uno podamos hacer para mejorar nuestra sociedad. Es verdad, no hubo titulares, pero fue un discurso con las luces largas puestas.