Seúl - La incautación de un navío chino por parte de Corea del Sur revelada ayer, por supuestamente transferir crudo a un barco norcoreano, es el último episodio de una trama ilegal que ha despertado las críticas del presidente estadounidense, Donald Trump. Fuentes gubernamentales citadas por la agencia Yonhap señalaron que sus autoridades aduaneras requisaron el Lighthouse Winmore, un navío con bandera de Hong Kong, a su llegada al puerto de Yeosu (sur) el 24 de noviembre, después de transferir unas 600 toneladas de petróleo refinado a un navío de Corea del Norte el 19 de octubre.
El navío chino fue contratado por la empresa taiwanesa Billions Bunker, que según el testimonio de la tripulación y los registros de navegación, habría ordenado la transferencia, sin que la motivación de la misma haya trascendido, indicaron dichas fuentes. De acuerdo a la información recogida por Yonhap, el barco chino había visitado previamente dicho puerto el 11 de octubre para cargar petróleo refinado japonés y dirigirse a Taiwán cuatro días después. En lugar de dirigirse allí, el Lighthouse Winmore transfirió el crudo a un barco norcoreano, el Sam Jong 2, y tres navíos de otros países en aguas internacionales del Mar de China Oriental.
El país asiático compartió información de inteligencia con Estados Unidos para la detección de la transacción ilegal, que fue adelantada por el diario surcoreano Chosun Ilbo el martes, afirmando que satélites estadounidenses habrían detectado a barcos chinos vendiendo crudo a buques norcoreanos en veinte ocasiones desde octubre. La reacción del presidente estadounidense, Donald Trump, no se hizo esperar y cargó contra las supuestas ventas, que incumplen las resoluciones sancionadoras de la ONU impuestas sobre Pyongyang.
“Pillados con la manos en la masa, muy decepcionado de que China esté permitiendo que vaya petróleo a Corea el Norte. Nunca habrá una solución amistosa al problema de Corea del Norte si esto continúa sucediendo”, señaló Trump en su cuenta de la red social Twitter. Por su parte, el Gobierno chino aseguró ayer que está investigando el caso y negó que el país haya realizando ningún acto semejante.
La portavoz de la Cancillería china, Hua Chunying, afirmó en una rueda de prensa que “China no autorizará nunca a sus empresas o individuos a violar resoluciones (de las Naciones Unidas) y, si se diera tal caso, actuaría contra ello de acuerdo con la ley”. Hua pidió prudencia y señaló que “la exageración de los medios de comunicación no ayuda a construir confianza mutua” entre las partes, a las que instó a “mantener una mayor comunicación y coordinación para cumplir las resoluciones de forma completa y equilibrada”. Pekín es el principal socio comercial de Pyongyang y aunque tradicionalmente ha sido su principal apoyo político, en los últimos meses ha aceptado la aprobación de duras sanciones contra su vecino por parte del Consejo de Seguridad de la ONU. - Efe