MADRID. Puigdemont afirmó que asume el "mandato del pueblo" para que "Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de república", pero seguidamente propuso "suspender los efectos de la declaración de independencia" para abrir la puerta al diálogo.

Un planteamiento que el Ejecutivo considera "inaceptable" y ante el que ha de decidir hoy las medidas que adopta después de que ayer Rajoy las analizará con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, en una reunión en el Palacio de la Moncloa.

También estuvo en contacto con el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, quien le pidió de nuevo la aplicación del artículo 155 de la Constitución.

El Gobierno deberá decidir si recurre a ese artículo, si al menos inicia el procedimiento del mismo enviando un requerimiento a Puigdemont para que aclare sus palabras de ayer, o si opta por utilizar otros mecanismos que le ofrecen la Constitución y las leyes.

La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, compareció anoche en Moncloa y explicó que será en esta reunión en la que se decidan "los próximos pasos" que dará el Gobierno ante la actitud de Puigdemont.

Explicó que el discurso del presidente de la Generalitat fue "el de una persona que no sabe dónde está, a dónde va ni con quién quiere ir".

"El Gobierno no puede aceptar que se dé validez a la ley catalana del referéndum porque está suspendida por el Tribunal Constitucional. La Generalitat -dijo la vicepresidenta- no puede exhibir los resultados del 1 de octubre porque ese fue un acto ilegal fraudulento y sin las más mínimas garantías".

Antes de la declaración de Sáenz de Santamaría, fuentes del Gobierno ya habían apuntado que es inadmisible "hacer una declaración implícita de independencia para luego dejarla en suspenso de manera explícita".

Rajoy comparecerá a partir de las cuatro de la tarde ante el pleno de Congreso y explicará a los diputados las medidas que adopte el Gobierno.