VITORIA - El PNV celebró ayer la fiesta del partido a una semana del referéndum de independencia catalán. Inevitablemente, la cuestión catalana centró buena parte de los discursos del Alderdi Eguna y sobrevoló las campas de Foronda. Los jeltzales defienden una vía vasca propia para Euskadi, pero al mismo tiempo muestran su solidaridad hacia los catalanes y defienden su derecho a decidir. En presencia del responsable de Relaciones Externas del PDeCAT, Jordi Xuclà, los jeltzales aseguraron que las instituciones catalanas están legitimadas para llamar a la sociedad a las urnas. Invocaron expresamente los modelos pactados para ejercer el derecho a decidir en Escocia y Quebec, pero no lo hicieron como reproche al Govern y a su vía unilateral, sino como tirón de orejas a España por no permitir la votación y obligar a los catalanes a actuar unilateralmente. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ofreció la intermediación de su partido y su capacidad de interlocución con el Gobierno español para lograr una solución democrática para Catalunya.

Ortuzar incidió en la misma idea que adelantó en la entrevista publicada ayer por este periódico. El jeltzale ha estado en contacto con la responsable del PDeCAT, Marta Pascal; el PSOE, el PP, y el presidente español, Mariano Rajoy. En esas conversaciones, según reveló en la entrevista, el PNV se ha ofrecido como puente para abrir cauces de diálogo, y ha pedido una solución política y no tomar decisiones que lleven a una situación de tensión y de no retorno. No obstante, no quiso alimentar las expectativas, y matizó que, aun existiendo esos contactos, otra cosa muy distinta es que hayan sido fructíferos. No prevé movimientos antes del 1 de octubre. El jeltzale reclama que la solución sea la que pidan los catalanes.

Ortuzar criticó la vía policial y la mano dura de Madrid contra el referéndum. “Lo que allí está pasando es una barbaridad democrática y una torpeza política”, dijo, para añadir después que “Catalunya, como Euskadi, es una nación que tiene derechos políticos; el pueblo catalán tiene que tener capacidad de decidir su futuro, y las instituciones catalanas están legitimadas para llamar a su sociedad a las urnas”. Ortuzar aseguró que la comunicación con Catalunya es permanente. “Saben que nos tienen a su disposición para ayudar, para buscar una solución justa, democrática y catalana a la demanda de poder decidir libremente su futuro como nación”, recalcó. En ese punto, adelantó que “junto a la defensa de los intereses de Euskadi, buscar una solución para Catalunya va a ser prioritario” para el PNV.

Los jeltzales siempre han tratado de mantener una posición de influencia en Madrid para encarrilar demandas históricas sobre el autogobierno vasco. No tienen un pacto de legislatura con Mariano Rajoy, y en cada momento tomarán posición valorando si beneficia a Euskadi y, en este caso, también a Catalunya. El PNV critica a la izquierda abertzale por dar a entender que tiene un pacto de estabilidad con Rajoy, y cree que su único objetivo es maniatar a los jeltzales para que no tengan ningún balance que presentar en Euskadi y no hagan política, precisamente en un momento crítico donde el diálogo y la política serían más necesarios que nunca.

Ortuzar ofreció ayer a los catalanes su capacidad de interlocución. “Toda nuestra capacidad de acción política, todas nuestras posibilidades de influencia, de intermediación... las ponemos desde ya para lograr esa solución justa y democrática para Catalunya. Amigo Jordi (a Xuclà): este es el mensaje que quiero que lleves al president Puigdemont y a las instituciones catalanas y, por supuesto, a nuestro partido hermano, al PDeCAT. Estamos con vosotros. Nosotros queremos que pase lo que la sociedad catalana decida libremente que deba pasar. Votar nunca puede ser un problema. El problema no es dejar votar. Esa es nuestra posición y eso es lo que debe entender Madrid”, defendió.

El jeltzale se mostró muy crítico con la izquierda abertzale y el sindicato ELA, a quienes ve de la mano para “zumbar al PNV”. “Ahora resulta que tenemos que romper con el PP. ¿Romper el qué? Si nosotros con el PP y con el Gobierno de Madrid solo tuvimos un acuerdo presupuestario para este año”, aclaró, para recriminarles que quieran “incapacitar” al PNV para hacer política. “Quieren forzarnos a elegir entre ellos o el PP. Pues ni con unos, ni con otros: nosotros con Euskadi, y ahora con Catalunya. Es la hora de hacer política, política con mayúsculas, y el PNV va a estar ahí. En cada momento tomaremos la decisión que nos parezca mejor para Euskadi y para Catalunya”, zanjó.

fracaso del estado El lehendakari, por su parte, centró su discurso en defender férreamente el pacto y la bilateralidad, dejando claro que su convencimiento en esa receta es absoluto. Urkullu aprovechó su argumentación para lamentar las interpretaciones que se realizan sobre sus discursos desde algunos sectores, que leen entre líneas una crítica a los catalanes cuando dice que el referéndum no tiene las garantías debidas y cuando reivindica el pacto. “Diga lo que diga, se toma el rábano por las hojas”, reprochó. Urkullu defendió ayer la vía pactada, y lo hizo como reproche al Gobierno español. “Hoy pregunto al Gobierno español: ¿Ha valorado las consecuencias futuras de las decisiones judiciales, penales y policiales que está impulsando? Me temo que no. Esta es mi opinión: estas decisiones llevan a un escenario de división social y ruptura política e institucional que será muy difícil de revertir en mucho tiempo. No repitan el error de hace 7 años. Hoy, a los ojos del mundo, el Gobierno español forma parte del problema y no de la solución. Pido responsabilidad y respeto. Pido paso al diálogo que abra la puerta a una solución. No hay otra vía”, concluyó.

El lehendakari, en concreto, pidió al Estado que cambie su modelo de “unidad impuesta” por uno de adhesión voluntaria de los territorios. Urkullu desgranó los preceptos de la Constitución española que deberían ser suprimidos, como el artículo 2 que se refiere a la unidad indisoluble de España, el artículo 8 que reivindica al Ejército como garante de esa soberanía, y el punto 155 que permite suprimir la autonomía de un territorio y hacerlo, además, de manera unilateral. Urkullu lamentó que el Estado siga sin reconocer su “realidad plurinacional”, y le recriminó el “uso y abuso unilateral de las leyes”.

En relación a Catalunya, repasó cómo él ha defendido el diálogo todo este tiempo, y criticó que el conflicto haya “desbordado todos los límites”. “Me preocupa la gestión de las emociones, la frustración. Me preocupa el riesgo de fractura social, el posible desapego de la política institucional. Realidad, realismo, reconocimiento, legitimidad, legalidad, respeto institucional, sociedad. Los conflictos requieren soluciones políticas. El punto de partida es reconocer la existencia de dos naciones que quieren decidir su futuro. En democracia, en libertad, con garantías”, reclamó. A juicio del lehendakari, el modelo de Estado “ha fracasado” y “está roto”.

El PNV no tiene ninguna expectativa de que el conflicto catalán se reconduzca antes del próximo domingo, cuando está previsto que se celebre el referéndum de independencia. El Estado asegura que lo va a prohibir, pero el Govern insiste en que tiene todo previsto y ha diseñado varios planes de contingencia para garantizar que se produzca la votación. Confía en que triunfe la opción del sí a la independencia, y en decretar la secesión en 48 horas. Rajoy, por el contrario, insiste en que no puede permitir de ninguna manera que el plebiscito se produzca, porque pondría en entredicho la soberanía estatal. Su estrategia es puramente policial y de confrontación abierta con el Govern.

Los jeltzales esperan que Madrid no tome ninguna decisión que provoque que la situación sea irreversible y dinamite todos los puentes. Confían en que esta crisis institucional sirva a los principales partidos estatales para reconducir su postura y abordar el debate territorial desde la óptica de que el café para todos autonómico no es la la solución. El PNV pide reconocer el derecho de los pueblos a ser consultados, y que la solución catalana sea la que pidan los catalanes.

El PNV va a presionar para que se produzca un reconocimiento de las naciones vasca, catalana y, si Galicia así lo quisiera, también de la gallega. El Congreso de los Diputados ha aceptado la comisión para el debate territorial que ha propuesto el PSOE, aunque está por ver en qué claves se aborda la discusión.