washington - El asesor ideológico de Donald Trump, Steve Bannon, abandonó ayer su cargo, según confirmó la Casa Blanca a través de un comunicado. La naturaleza de la salida de Bannon todavía no se ha aclarado. Según confirmaron a Reuters fuentes cercanas a la decisión, se había tratado de un despido inmediato mientras que otras fuentes próximas al asesor han informado a ABC News que Bannon ha decidido dimitir del cargo. Bannon era uno de los elementos más polémicos de su círculo interno de ayudantes por sus rupturistas ideas ultranacionalistas y antigubernamentales, acabara en el punto de mira tras las declaraciones del presidente donde se negó a culpar específicamente a grupos neonazis de la violencia la semana pasada en Charlottesville (Virginia). Previamente, el The New York Times había informado de que Bannon entregó su dimisión a Trump el 7 de agosto y su salida del cargo iba a ser anunciada esta misma semana. Sin embargo, fue aplazada por la violencia desatada en esta localidad.

El cese de Bannon deja a Trump sin uno de sus grandes baluartes de la campaña electoral y de sus primeros meses en la Casa Blanca, en un intento de romper múltiples vínculos con los movimientos ultranacionalistas y escapar de la constante polémica que ha rodeado a la figura de este exinversor de Goldman Sachs y exdirector de la web ultraconservadora Breitbart News, uno de los órganos portavoces de Trump ante su audiencia antisemita y supremacista.

Bannon ha protagonizado enfrentamientos con prácticamente todos los integrantes del círculo más estrecho de asesores del presidente, comenzando con su yerno, Jared Kushner, el ex jefe de Gabinete -y representante del Partido Republicano- Reince Preibus, o incluso las Fuerzas Armadas y la comunidad de Inteligencia, consternadas durante el tiempo que Bannon, en el apogeo de su influencia, permaneció como miembro del Consejo de Seguridad Nacional. La salida de Bannon tiene lugar tras la violencia de Charlottesvile, donde Trump tuvo que salir al paso de las acusaciones contra Bannon, de quien aseguró que “no era un racista” hasta prácticamente acabar capitulando -“ya veré lo que hago con él”, declaró ante los medios- y después de una entrevista publicada hace dos días en la que Bannon tachaba de “sinsentido” la solución militar propuesta por Trump para acabar con la crisis en Corea del Norte. “Hasta que alguien resuelva la parte de la ecuación que me demuestre que diez millones de residentes de Seúl no van a morir en los primeros 30 minutos (de un hipotético inicio de las hostilidades con Corea del Norte), aquí no hay solución militar que valga. Nos tienen pillados”, declaró en su momento. - Europa Press