Vitoria - El PNV comienza a ver la luz al final del túnel de la negociación presupuestaria con el Gobierno español. Y la luz es intensa. Tras unas jornadas de preocupación porque las conversaciones se estaban atascando a nivel técnico, el presidente español, Mariano Rajoy, ha decidido implicarse para darles un impulso político, exactamente lo mismo que pedían los jeltzales. En su regreso del viaje institucional por Brasil y Uruguay, tecleó el teléfono del líder del PNV, Andoni Ortuzar, con quien desatascó las cuestiones nucleares en la noche del jueves y la mañana de ayer. La situación ha dado un giro y se han registrado avances en todos los puntos planteados por los jeltzales, desde el Cupo hasta la factura eléctrica que lastra a las empresas vascas, un paquete de inversiones en materia ferroviaria y asuntos competenciales. Como resultado, el PNV no registró ayer la enmienda a la totalidad que tenía redactada. El acuerdo no está completamente cerrado y no descarta apoyar la enmienda de otro grupo en la votación del jueves en el Congreso de los Diputados, pero esa hipótesis es lejana y se habla ya de avances relevantes en la negociación.

En cuanto al Cupo, el dinero que paga Euskadi al Estado por las competencias no transferidas, el acuerdo sobre la liquidación de las cantidades de los últimos diez años es casi absoluto. Euskadi entiende que se le adeudan unos 1.600 millones. Además, Madrid va a redactar una nueva Ley Quinquenal para regular el cálculo de los cinco próximos años, algo que hasta ahora estaba en el aire. Los jeltzales y el lehendakari habían pedido redactar esa norma para que no se repitiera año tras año el conflicto sobre la liquidación de las cantidades.

En concreto, la lectura que hace el PNV es que tiene que amarrar este asunto ahora, porque no está tan claro que sus votos vayan a ser decisivos en futuras negociaciones presupuestarias. Cree que el resultado de las primarias socialistas puede modificar el tablero de alianzas, sobre todo si triunfan Pedro Sánchez o Susana Díaz. Augura que, si gana Sánchez, es probable que haya un adelanto electoral; mientras que, si triunfa Díaz, los acuerdos del socialismo con el PP serían más frecuentes y el PNV no tendría un papel imprescindible. Por eso, quiere amarrar ya la negociación del Cupo. “Esta puede ser nuestra primera y única bala de la legislatura. No hay que malgastarla”, explican gráficamente desde Sabin Etxea. Tras algunas voces en sentido contrario, incluida la de Alfonso Alonso, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, apostó ayer en público por redactar una nueva Ley Quinquenal, lo que supone atender la principal demanda del PNV. En cualquier caso, las posiciones aún están distantes a la hora de concretar la letra de la ley. Los jeltzales leen la situación como una oportunidad histórica y no van a levantarse de la mesa por la presión que ejerzan otros grupos sobre el coste político que pueda entrañar fotografiarse con el Gobierno español en plena oleada de acusaciones de corrupción.

En lo concerniente a la elevada factura eléctrica que asumen las empresas vascas, también está próximo el acuerdo. La fórmula que se está buscando consiste en conectar la industria vasca a la red de alta tensión y que abandone la de media tensión, que estaba disparando sus costes energéticos y haciendo menos competitivo su producto en el mercado. Cabe recordar que la industria vasca es la que asume la factura más elevada de todo el Estado por esa singularidad de la red eléctrica que ahora está en vías de solucionarse. Hay que tener en cuenta que, en gran medida, se trata de una industria pesada, la siderurgia, con un consumo de energía ya de por sí elevado y que se ha visto afectado además por las constantes subidas en la factura de la luz.

En la carpeta del PNV también se encuentran cuestiones competenciales, aunque no quieren detallar si son transferencias (en su momento se habló de los aeropuertos) u otros asuntos relacionados con el respeto a las leyes que aprueben las instituciones vascas. La norma que busca reparar los abusos policiales sufridos entre 1978 y 1999 está a punto de ser recurrida por el Gobierno español ante el Tribunal Constitucional, ya que el plazo para negociarla acaba el 10 de mayo, pero ese calendario no coincide con la votación de las enmiendas a la totalidad y las posturas por ahora están muy enfrentadas.

Lo que sí revelan las fuentes jeltzales consultadas por este periódico es que están tratando de amarrar un paquete de inversiones para las infraestructuras ferroviarias, como el tren de alta velocidad. Ese es el cuarto pilar de las negociaciones que parecía que estaba solucionado con el compromiso de Madrid para la entrada del tren a las tres capitales de la comunidad autónoma, pero que podría tener una mayor concreción ahora en las Cuentas si hay acuerdo.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, se mantiene en constante contacto con el equipo de la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, que es quien está llevando el peso de las negociaciones. El PNV dejó correr el plazo para presentar las enmiendas a la totalidad sin registrar ayer la suya. Se han producido avances relevantes y se espera que pueda haber acuerdo en las próximas horas, aunque se puede apurar hasta el miércoles y hay cuestiones como el Cupo que entrañan tal complejidad que no sería descartable un pacto sobre la bocina. El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, avisó en Euskadi Irratia de que no aceptarán cualquier acuerdo.

En sus contactos telefónicos, Rajoy ofreció a Ortuzar las garantías necesarias de que la negociación va a arrojar frutos y le dejó claro que la voluntad es real. “Las expectativas de un gran acuerdo para Euskadi son altas”, aseguraban ayer desde Sabin Etxea, donde valoran que Rajoy se haya implicado de manera directa.

Esteban anunció ayer la decisión de su grupo de no presentar una enmienda a la totalidad porque “existe la expectativa de alcanzar un acuerdo muy beneficioso para Euskadi”. Después de que expirase el plazo para registrar un veto ayer a las 14.00 horas, agradeció “la implicación directa y el impulso” de Rajoy, que ha servido para desbloquear “asuntos importantes” y ha sentado “una base para un acuerdo”. “Hemos avanzado en algunos ámbitos importantes que hasta ahora estaban bloqueados, pero todavía quedan cosas por hablar. Seguiremos trabajando en documentos y negociaciones los próximos días con el objetivo de alcanzar un acuerdo razonable y beneficioso para Euskadi”, sentenció. Esteban no descartó apoyar la enmienda a la totalidad de otro grupo (se han presentado hasta siete) si finalmente no hay acuerdo.

El apoyo del PNV es imprescindible para Rajoy en el trámite de las enmiendas a la totalidad. En ese trance, necesita 175 escaños. Ya tiene los de Ciudadanos y Coalición Canaria, pero le faltan los cinco votos jeltzales. El pleno de las enmiendas a la totalidad arrancará el miércoles con la intervención de Montoro, al que seguirán los grupos que han registrado enmiendas a la totalidad. El jueves tendrá lugar la votación. Para el trámite de las enmiendas y la votación, que podría situarse en junio, a Rajoy le hace falta un voto más que confía en obtener de Nueva Canarias.