vitoria - El Gobierno Vasco no detecta ninguna señal en ETA que le haga pensar que la organización quiere acogerse al plan de desarme planteado por el lehendakari. Más bien al contrario. Cree que ETA ha intentado resolver el asunto por otros derroteros, en el mejor de los casos proponiendo diluir la presencia de Lakua en una amalgama de agentes sociales, o directamente prescindiendo de su labor, como sucedió con la fallida experiencia de Luhuso y la detención de cinco personas de la esfera sindical y social que trataron de inutilizar una muestra de armas de ETA. Esos movimientos provocaron que en el Gobierno Vasco reconocieran en privado su impresión de que la organización quería llevar a cabo el desarme con cualquiera, salvo con el ejecutivo. Ayer mismo, el diario Gara publicó una entrevista con el preso David Pla, proclamado como interlocutor de ETA para éste y otros asuntos relacionados con el cierre de la violencia. Pla anuncia la “decisión firme” de la organización de desarmarse “en el plazo de tiempo más breve posible”, y emplaza a los miembros del Gobierno Vasco “a que vengan”, con la intención de dar pasos y reconducir la relación que hasta ahora, dice, ha sido “conflictiva”. Sin embargo, el tono de Pla es muy crítico a la hora de referirse a la vía de desarme de Lakua y su apuesta sigue siendo la sociedad civil. Ese dato, sumado a su emplazamiento a una reunión a través de un medio de comunicación, no ha despertado demasiada confianza en el Gobierno Vasco, que no aprecia una voluntad real y ayer pidió directamente que ETA se desarme cuanto antes, sin importar con qué vía.

El gabinete de Urkullu planteó en diciembre de 2014 un plan para dejar fuera de circulación los arsenales de la organización que pasaría por entregar al Gobierno Vasco una lista con la ubicación de los zulos, de manera que los miembros de ETA no tuvieran que realizar movimientos, se garantizara la seguridad jurídica para ellos y los verificadores internacionales, y la opción de ser detenidos por las fuerzas de seguridad estatales dejara de ser un freno para el desarme. Pla calificó ayer esa vía como un “instrumento inventado por el PNV para sacar ventaja política de la situación de bloqueo impuesta por los estados”. Cabe recordar que la vía vasca surgió al constatar el bloqueo en el desarme y la negativa del Gobierno español a llevarlo a cabo de manera ordenada. Madrid lo fía todo a la desarticulación policial de la organización, lo que a su vez ha provocado que ETA dé pasos contados por las dificultades logísticas que le genera esa presión de las fuerzas de seguridad y por el temor a sufrir detenciones. Pla cree que el PNV intentaba proyectar que “la culpa era de ETA”. “Así pensaban que podrían presentar a ETA como causante del bloqueo, mientras ellos aparecerían como agentes activos”, opina, para añadir después que esa tesis se vino abajo con la iniciativa de Luhuso, donde habría quedado acreditada la intención de efectuar el desarme y que los problemas citados por ETA son reales.

A partir de ese punto, Pla asegura que los mensajes del Gobierno Vasco le han llegado de forma indirecta, siempre a través de terceras personas e intermediarios; y les invitó “a que vengan”. En el resto de la entrevista, la apuesta por el desarme que pone sobre la mesa el interlocutor de ETA se refiere siempre a la sociedad civil con el apoyo de los agentes internacionales y las instituciones vascas. También anuncia una reflexión a partir de esta primavera. La apuesta de ETA por el desarme con agentes sociales no ha tenido éxito de momento y se expone a tener poco recorrido si se repiten experiencias como la de Luhuso, que desembocó en detenciones.

Fuentes del Gobierno Vasco explican a este diario que, cinco años después del cese de la violencia, quieren que ETA lleve a cabo su desarme “en el tiempo más breve posible” y de manera “fehaciente”. No les parece “serio” que la organización realice un llamamiento a través de los medios de comunicación y dudan de su voluntad. “Si ETA realmente hubiera querido mantener un encuentro con el Gobierno Vasco, hacerlo público a través de los medios de comunicación sería, sin duda, el último de los procedimientos a emplear”, interpretan. Llegados a este punto, lo único que les importa ya es que se produzca el desarme. “Que se sirva o no de la propuesta de desarme dispuesta por el Gobierno Vasco ha sido y es lo de menos. Lo importante es que proceda al desarme de manera definitiva y asumible”, zanjaron.

En una entrevista concedida recientemente a este periódico por el secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández, ya se aclaraba que la propuesta de Lakua sigue vigente pero que, “vistas las reticencias por parte de ETA a esa predisposición del Gobierno Vasco”, el ejecutivo no va a empeñarse en que acepte ese planteamiento. “Ellos verán cuál es la vía que quieren seguir. Lo que se haga tiene que ser serio, verificable, definitivo e incondicional”, sentenciaba.

Interlocutor de ETA. Hasta su detención en septiembre de 2015, Pla era uno de los pocos miembros de ETA en libertad con altas responsabilidades en la cúpula, junto a Iratxe Sorzabal, también apresada; y al huido Josu Urrutikoetxea. Fue el encargado de leer el comunicado del cese de la violencia en 2011 y, según fuentes policiales, también apareció en el vídeo emitido en la BBC entregando una pequeña muestra de arsenal a los verificadores internacionales. Asimismo, formó parte de la delegación de ETA que permaneció sin éxito en Oslo a la espera de negociar con Rajoy.