MADRID. Según ha denunciado en un comunicado, "de forma paralela al incremento de la obesidad infantil en el Estado en los últimos años, el número de anuncios dirigidos a menores publicitando alimentos poco saludables ha crecido de manera exponencial, y todo sin que los códigos de autorregulación adoptados por la propia industria hayan servido para atajar un problema del que se viene advirtiendo desde todo tipo de organizaciones".
Por esta razón, ha apuntado que está trabajando "para que se regule este tipo de anuncios y se impida que la publicidad de productos infantiles poco saludables pueda seguir creciendo sin control alguno". "Es incuestionable que cuando la publicidad de productos alimenticios va dirigida a niños y adolescentes, esta debe estar sometida a regulaciones estrictas pues se trata de un público vulnerable y sin un criterio formado para responder racionalmente a estos estímulos", ha remachado.
Asimismo, ha criticado que el último convenio referido al código PAOS se firmó en 2012 y en él "no se menciona la calidad nutricional del producto para que pueda anunciarse ni sanción alguna para quien incumpla". "Esta situación ha llevado en opinión de OCU a un total descontrol pues muchos de los alimentos que se publicitan para el público infantil distan de cumplir con unos requerimientos nutricionales mínimos", ha agregado.
En este contexto, la OCU denuncia que las autoridades españolas y comunitarias "se resisten a incluir criterios mucho más estrictos como los de la Organización Mundial de la Salud y se conforman con iniciativas mucho más laxas como la EU Pledge, con exigencias mucho más modestas".
"Es momento de pedir regulaciones más ambiciosas y restricciones menos tenues, limitando la publicidad de productos alimenticios dirigida a menores de 12 años a los productos frescos o adoptando modelos legislativos como el adoptado recientemente en Chile", ha concluido.