NUEVA DELHI. La adolescente de 13 años practicaba la religión jainista, un estricto culto minoritario en India y llevó a cabo el ritual de la "santhara", un ayuno que se prolongó dos meses y durante el que sólo ingirió agua hervida.

La joven de Hyderabad, en el centro del país, ya había dejado de alimentarse por motivos religiosos en otras dos ocasiones durante una semana y 34 días, respectivamente, y según declararon sus padres a los medios locales se prestó al ayuno "de manera voluntaria".

Sin embargo, la ONG Balala Hakkula Sangham, que trabaja en esta zona del centro del país por los derechos de los niños, denuncia que sus progenitores forzaron a Aradhana a dejar de comer debido a que el negocio familiar, una joyería, no marchaba bien.

"Se trata del asesinato de una niña inocente de 13 años en nombre de las tradiciones religiosas", explicó a Efe su portavoz, Achyuta Rao.

La escuela a la que asistía, a cuyas clases dejó de acudir 26 días después de comenzar su ayuno, no inició acción alguna para frenarla, lo que provocó fuertes críticas, como la del prestigioso periódico The Indian Express en un editorial en el que aseguró que su muerte tiene "demasiados cómplices".

Las autoridades han iniciado una investigación a los padres de la menor, que ya han sido interrogados, aunque por ahora no se ha producido ninguna detención, detalló a Efe un portavoz policial.

"La investigación continúa", añadió.

La adolescente falleció el pasado 3 de octubre a causa de un fallo cardíaco y su deceso ha reavivado la polémica en torno a las prácticas jainistas en India, donde 4 millones de personas profesan este culto que propugna la austeridad total.

El Tribunal Supremo del país reconoció hace un año el derecho de los jainistas a morir de hambre a través de la "santhara", una suerte de suicidio religioso que sus seguidores llevan a cabo privándose de alimentos y que abrazan alrededor de un millar de personas al año.

Se trata de una práctica ancestral que algunos fieles realizan cuando alcanzan la ancianidad o sufren una enfermedad terminal.

Sin embargo, la ley india prohíbe el suicidio en el resto de casos e incluso en determinadas ocasiones se ha alimentado a la fuerza a quienes han iniciado una huelga de hambre, como ocurrió recientemente con la activista india Irom Sharmila.

Al funeral de la joven Aradhana acudieron cientos de fieles, que transportaron en una procesión sus retos mortales convirtiéndola en la última, y tal vez la más joven, mártir del jainismo.

"En su entierro se hablaba de su grandeza, los asistentes estaban orgullosos de ella y sus allegados estaban felices porque el negocio estaba mejorando. Decían que se trataba de la muerte de una santa", lamentó Rao, que calificó el fallecimiento de Aradhana de "brutal asesinato".