Viajaron por primera vez a Estados Unidos hace un año y se entrevistaron con seis mujeres. “Con Saedee hubo conexión. Nos gustó su forma de ser, nos inspiró mucha confianza. Pensamos que era la persona con la que podíamos tener esa relación durante nueve meses”, explica Xabier. Y acertaron. “Ha sido muy bonito y muy natural. Nos ha sorprendido incluso de lo natural que ha sido”. Como recuerdo guardan un álbum realizado por Saedee con la evolución de la tripa, las ecografías y el parto. El primer álbum de familia de Jon y Lea. “Ha sido una aventura que haces con muchos miedos, son nueve meses en los que no controlas tú la situación. Es un acto de fe total en Saedee, confiar en que no fume, en que se cuide, en que coma bien”.
Sin embargo, aseguran, todo ha sido positivo. “Saedee es parte de esta familia, le estamos inmensamente agradecidos. Hay quien está en contra de la gestación subrogada, dicen que utilizamos a las mujeres, pero yo creo que desconocen el tema, no digo que no haya casos, pero también hay casos de adopciones mal hechas. Me da la sensación de que se generaliza”.
Saedee tiene su propia familia en Estados Unidos, su pareja Mike, y sus dos hijos. Esta era la primera vez que se ofrecía como gestante. “Ella tenía claro que quería ayudar a una pareja gay -de hecho, ya está pensando en la próxima-. Para ella no era un trabajo, sino una forma de ayudar”.
Xabier y Urko viajaron en agosto a Estados Unidos para asistir al parto. “Ella estaba en el quirófano, porque era un parto de riesgo, y nosotros estábamos en la habitación de enfrente viéndolo todo. Primero llegó Jon y luego Lea”. Desde ese momento, el matrimonio vasco se hizo cargo de los bebés. Tenían preparada una habitación en el hospital, donde pasaron dos noches. “A ella le dio pena que se acabara el proceso, porque lo había vivido con mucha ilusión también. Lo de dejar a los niños, lo llevaba bien, estaba muy mentalizada. No era su óvulo, no eran de Mike, no los sintió en ningún momento como suyos”, señalan.
Genéticamente, los bebés son de Xabier y Urko, porque ambos donaron su semen para los dos embriones que le implantaron a Saedee, aunque no saben quién lleva los genes de quién, ni quieren saberlo. La parte femenina corresponde a un óvulo donado. En Estados Unidos, la gestación subrogada es una práctica de reproducción que se realiza desde hace más de treinta años. Y está regulado hasta el mínimo detalle. “Nosotros contactamos con una agencia que se encarga de buscar a la gestante, con la clínica de reproducción y con un abogado. Pero ella, si es la primera vez, también tiene que tener un abogado, que pagamos nosotros, para que sus derechos estén garantizados. También pagamos el seguro médico que cubrirá todo el proceso”, detalla Xabier. “La gestante, además, tiene que haber sido madre previamente y me parece lógico. Tiene que haber pasado por un proceso de maternidad para saber si va a ser capaz o no”, explica. “Ha sido todo muy bonito, pero cuando nos metimos en esta aventura no sabíamos cómo iba a ser el proceso. Lo hemos ido descubriendo todo poco a poco. Nos dejamos llevar”, señala, por su parte, Urko.
El papeleo Tras el intenso momento del parto, llegó el papeleo. El matrimonio estuvo tres semanas en Estados Unidos para conseguir la sentencia de filiación, el certificado de nacimiento, en el que constan ambos como los padres de los bebés -Saedee no aparece-, y los pasaportes estadounidenses. Después de eso, toca la parte española. “En aquellos países en los que la gestación subrogada es legal, los consulados tienen que aceptar la inscripción en el registro civil. En cambio, no podríamos venir aquí con el pasaporte americano de los bebés y su certificado de nacimiento y registrarlos en el registro central o el de Bilbao. No nos dejarían”, puntualiza Xabier. La inscripción en el consulado llega después al registro civil central y “eso te abre las puertas de muchas cosas”: tarjeta de Osakidetza, empadronamiento, DNI y pasaportes. “Los niños tienen ahora las dos nacionalidades”.
Sin embargo, la principal traba que se han encontrado ha sido en la Seguridad Social. Allí acudieron a solicitar un permiso por maternidad, al considerar que sus hijos necesitaban las 16 semanas que marca la ley para recibir cuidados y adaptarse. “En primer lugar, vas a la seguridad social y algunas personas que están en la ventanilla no saben lo que es la subrogación, tienen que ir a preguntar. Y yo me niego a decir vientre de alquiler, porque no siento que haya alquilado ningún vientre, siento que es mucho más”, sostiene Xabier. “Luego, te explican que el derecho a la maternidad le corresponde a una mujer que ha dado a luz y que en este caso no la hay. No hay una mujer que nos pueda ceder esos días, por lo tanto no tenemos derecho”, agrega.
Tras siete años en París como correponsal de EITB, Xabier Madariaga se ha mudado este año a Bilbao, donde se ha incorporado a Radio Euskadi. “La empresa me dio dos opciones, cogerme el permiso de paternidad más la lactancia, pero eso hacía un mes, casi el tiempo que hemos estado en Estados Unidos, o la maternidad pero no retribuida, porque no me la reconoce la Seguridad Social. El periodo de lactancia sí está pagado, porque lo paga la empresa. Al final, opté por la segunda opción. Cualquier otra cosa es imposible, todavía nos faltan manos”, explica. Urko, por su parte, dejó su trabajo en París al mudarse a Bilbao, donde ahora busca un nuevo empleo.
Ante esta situación, la intención del matrimonio es acudir a los tribunales. “Estamos ya con una abogada”, explican. Más de una decena de sentencias judiciales ya han dado la razón a padres en el Estado español. En estos casos, los jueces han tenido en cuenta los derechos de los menores. Hay incluso sentencias que han llegado al Tribunal Supremo, “y cuando éste se pronuncie se aclarará la cosa”. Ya en 2014, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó a Francia por no reconocer la paternidad de parejas con niños nacidos en Estados Unidos mediante la gestación subrogada primando también el interés de los niños frente la legalidad o ilegalidad de esta técnica de reproducción en el país -donde está prohibida al igual que en el Estado español-.
A pesar del debate que aún genera, la gestación subrogada es una opción que ha crecido notablemente en los últimos años. Se calcula que alrededor de un millar de niños nacidos por esta técnica son registrados en el Estado español anualmente. “También consideramos la adopción, pero es un proceso muy largo, puede durar cuatro o cinco años”, reflexiona Xabier.
El futuro El periodista vasco tiene intención de incorporarse a su trabajo en la radio a comienzos de año. Entonces, Jon y Lea comenzarán una nueva aventura: la haurreskola. En el futuro, a la pareja le gustaría que sus hijos fueran a la ikastola con otros niños nacidos mediante subrogación, como ellos. De hecho, ya conocen algún caso en su entorno. “Estaría bien que lo vieran normalizado. Esa es también una preocupación que tenemos. Creo que es importante que conozcan a Saedee, que vean lo natural y bonito que ha sido, y que les haga fuertes frente a quienes puedan llegar a decirles cualquier barbaridad”, señala Xabier, quien concluye: “Si ellos tienen bases sólidas, creo que ya está”.