BILBAO. El informe, que recoge tanto un análisis cuantitativo como cualitativo a través de los testimonios de varios afectados, refleja que la amenaza de ETA se extendió sobre la totalidad del cuerpo de la Ertzaintza y que el "hostigamiento" que sufrieron sus miembros y sus familias provocó "graves impactos" laborales, sociales o de la salud.
Los principales datos del informe han sido dados a conocer en una comparecencia en Bilbao, en la que han participado el secretario de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández, la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, el representante de la asociación de ertzainas y familiares víctimas del terrorismo ASERFAVITE Txema Lanzagorta, y uno de sus autores, José Ramón Intxaurbe.
El informe señala que la "amenaza" sobre agentes de la Ertzaintza era "diaria y sostenida" y se extendía sobre sus familias. Entre las consecuencias que acarreó esta situación y las medidas de autoprotección que tuvieron que desarrollar los afectados, se cita el "aislamiento" social, cambios de domicilio, pérdida de arraigo o ansiedad.
En palabras de la consejera de Seguridad, se produjo un sufrimiento "intenso y extenso", a pesar de lo cual, según ha destacado Intxaurbe, "la mayoría no renunciaron" a continuar con su labor.