MADRID. La ONG ha informado en Twitter de que 50 personas perdieron la vida, entre ellas pacientes y personal médico del hospital Al Quds. La lista también incluye víctimas en las zonas aledañas, ya que el inmueble quedó destruido por la magnitud del ataque.
"Rodeados de oscuridad y polvo, pacientes supervivientes, trabajadores y voluntarios comenzaron a rescatar a quienes quedaron entre los escombros", han relatado la presidenta internacional de Médicos Sin Fronteras (MSF), Joanne Liu, y el presidente del Comité Internacional de Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, en un artículo conjunto publicado por el periódico 'The Guardian'.
El hospital, de seis plantas y referencia en atención pediátrica, prestaba una asistencia "vital" a las 250.000 personas que viven en la zona este de Alepo, según explicó el jueves a Europa Press el representante de MSF en Turquía, Aitor Zabalgogeazkoa.
Liu y Maurer han recordado que este centro ofrecía servicios de todo tipo, entre ellos asistencia de urgencias, unidad de cuidados intensivos, sala de operaciones y, por encima de todo, pediatría. De hecho, los últimos pediatras habrían fallecido en este bombardeo.
MSF Siria ha recalcado en Twitter que la organización sigue "comprometida" con la asistencia sanitaria en Alepo y trabajará para que el hospital Al Quds pueda "reanudar sus actividades" cuanto antes.
ATAQUES FRECUENTES
La organización ha pedido responsabilidades por lo que considera un "ataque directo". Las Fuerzas Armadas sirias, señaladas como teóricas responsables del bombardeo, han negado cualquier responsabilidad, así como Rusia y la coalición que lidera Estados Unidos.
Como han apuntado Liu y Maurer en su artículo, no se trata de un incidente aislado, ya que de hecho el año pasado 75 centros vinculados a MSF en todo el mundo sufrieron algún tipo de ataque. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 600 trabajadores del sector médico han muerto desde que estalló el conflicto en Siria en 2011.
Se trata, han advertido, de una violación del Derecho Internacional que, además, acarrea "graves consecuencias humanitarias". Los dos máximos responsables de MSF y el CICR han señalado como responsables tanto a grupos armados como a ejércitos, algunos de ellos "de países que se sientan a la mesa de Naciones Unidas".
Liu y Maurer han respaldado la propuesta de resolución planteada en la ONU para proteger a los equipos sanitarios, si bien han advertido de que cualquier iniciativa requiere de una aplicación "efectiva". "Es una oportunidad para trazar una línea e impedir nuevos ataques como el de Alepo. Los países tienen la responsabilidad moral y legal de actuar, de proteger a las personas atrapadas por el conflicto armado. Ahora es el momento", han remachado.
También han compartido estas críticas la directora general de la OMS, Margaret Chan, y el director del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia, Anthony Lake, que han difundido un comunicado conjunto para condenar un tipo de ataques que se repite con "alarmante frecuencia".
"Estos ataques nos recuerdan las enormes dificultades y peligros a los que se enfrentan cada día los trabajadores médicos en Siria. Se merecen algo más que nuestra admiración, una mayor protección", han reclamado Chan y Lake. En este sentido, han advertido de que "no sólo son una flagrante violación del Derecho Humanitario, sino que también priva a familias y comunidades de una asistencia sanitaria esencial".