Absolutamente por sorpresa y cuando los partidos contaban las horas para que el rey decretara la repetición de las elecciones generales, Compromís dio ayer la campanada con una propuesta de última hora confeccionada al filo de la medianoche del lunes. Su documento, bautizado como Acuerdo del Prado, buscaba conformar un gobierno exclusivamente de izquierdas liderado por el socialista Pedro Sánchez, y lo hacía con una redacción extremadamente abierta que podía entenderse como una invitación al acuerdo, aunque en otros ámbitos lo interpretaron como una maniobra que buscaba reflejar su disposición al pacto frente a la cerrazón del PSOE. Como resultado, el socialismo no tuvo otra que aceptar 27 de las 30 propuestas, e incluso propuso un gobierno con independientes que se sometería a una moción de confianza dentro de dos años, en junio de 2018. Ese gran titular provocó que, por unos minutos, prendiera cierta expectativa de acuerdo, pero después llegaría la letra pequeña: Sánchez solo contemplaba un acuerdo compatible con Ciudadanos, y no dejarlo en la cuneta y firmar un acuerdo de izquierdas. Esa coletilla fue suficiente para dinamitar cualquier opción.

La propuesta de Compromís recogía medidas genéricas y asumibles por los socialistas, que solo rechazaron tres: la reestructuración de la deuda, la derogación de la reforma laboral socialista (Sánchez solo quiere derogar la de Rajoy) y la aplicación de todas las propuestas de la plataforma antidesahucios. En el capítulo del autogobierno, Compromís tampoco planteaba cuestiones muy comprometedoras, ya que apostaba por reformar la financiación, reconocer la deuda histórica del Estado con las autonomías, abordar las crisis territoriales “desde una perspectiva democrática, y avanzar hacia un modelo federal”. No se mencionaba el derecho a decidir, de modo que despejaba uno de los escollos para el socialismo, aunque la redacción era lo suficientemente amplia como para contentar al mismo tiempo a Podemos. Pedía realizar un seguimiento semestral del acuerdo.

La insistencia de Sánchez en incluir a Ciudadanos y la insistencia de la izquierda en vetar a ese mismo partido han dinamitado el acuerdo aunque las coincidencias programáticas hayan quedado en evidencia. Los destinatarios de la propuesta de Compromís eran PSOE, Podemos, En Comú, En Marea e IU, con el PNV como apoyo externo. La respuesta de Sánchez provocó que la vipresidenta valenciana Mónica Oltra llegara a lanzar un “¿de qué van?”. Joan Baldoví se mostró “atónito” por que Sánchez pretendiera gobernar en solitario y con independientes, aunque añadió que mantendría el teléfono encendido toda la noche por si reconsiderara su postura.

30 medidas. El documento ofrece a los partidos de izquierda (no cita a C’s) un pacto de mínimos basado en medidas para rescatar personas, lucha contra la corrupción, “gobernar para las personas”, modelo productivo y cuestión territorial.

Modelo territorial. El documento no hace referencia al referéndum catalán, lo deja en un genérico “abordar las crisis territoriales desde una perspectiva democrática y avanzar hacia un modelo federal”.

Las discrepancias. El PSOE acepta 27 de las 30 medidas, pero pide que se sume a C’s.