Cuando el próximo martes se cumplen cuatro años desde que Iñigo Cabacas resultó herido de muerte por una pelota de goma disparada por la Ertzaintza tras el partido disputado entre el Athletic y el Schalke 04 -el joven falleció cuatro días después en el hospital-, el proceso judicial abierto por esta causa está a punto de afrontar su momento decisivo. Y es que el 7 de junio concluye el plazo establecido por ley para la larguísima fase de instrucción, que arrancó el 5 de junio de 2012 con la práctica de las primeras pruebas testificales a testigos del trágico suceso. En ese momento, la juez titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Bilbao deberá determinar si existen elementos suficientes para abrir juicio oral por homicidio imprudente o si, por el contrario, archiva el caso.

El elemento fundamental a la hora de adoptar esta decisión es la posibilidad de identificar al autor del disparo mortal, después de que la autopsia practicada a Cabacas estableciera que la causa del fallecimiento fue el impacto de una pelota de goma en la cabeza. Una cuestión que se antoja complicada, toda vez que tan solo tres ertzainas de los que acudieron a la calle María Díaz de Haro reconocieran haber disparado sus escopetas hacia el callejón donde está la herriko taberna, en cuya barra exterior se encontraba el basauritarra. También por el caótico control del armamento y munición empleado esa noche, tal y como quedó evidenciado en la declaración judicial del responsable de la armería de la comisaría de Bilbao el 12 de febrero del año pasado.

Fuentes conocedoras de este proceso afirmaron a DNA que, pese al final de la fase de instrucción, existe la posibilidad de prorrogar la investigación judicial alegando la “especial complejidad” de este caso. Todas las partes implicadas han coincidido en reclamar repetidamente a la jueza que agilizara el proceso; hay peticiones de la acusación particular que han tardado meses en ser contestadas y las actuaciones practicadas se han alternado con largos periodos de inactividad. En cualquier caso, las fuentes consultadas recordaban que la Fiscalía ya ha expresado su rechazo a un eventual alargamiento de la instrucción. Esta parte tampoco ha estado a salvo de las críticas, y la acusación representada por la abogada Jone Goirizelaia ha censurado en más de una ocasión su falta de iniciativa, incluso que no se personara en las vistas.

Daños y perjuicios Ante la posibilidad de un cierre en falso, la letrada apunta también hacia los responsables del operativo y en una entrevista señaló que hay “distintas responsabilidades; la directa es del que tira el pelotazo, luego hay otras que también queremos aclarar, y cuando lo estén, nuestro objetivo es, si es posible, acusar a todos los que tienen alguna responsabilidad”.

En cualquier caso, la siguiente fecha marcada en el calendario es el 11 de abril, cuando está llamado a declarar el sexto ertzaina investigado -antes imputado-, el mando de la furgoneta 12 en la noche de autos, después de que la propia Goizirelaia pidiera retrasar esa vista, prevista el 2 de marzo. Esta ha buscado asimismo la imputación de ugarteko, que era el coordinador de guardia en la comisaría de Deusto, pero se ha encontrado con la oposición de la juez, por lo que solo declaró como testigo el 17 de junio de 2015.

Mientras, ugarteko ha demandado a dos medios de comunicación y a la propia letrada y reclama 777.000 euros por daños y perjuicios por su identificación y la publicación de las órdenes internas de la Ertzaintza en la noche de los hechos, lo que la abogada calificó de “despropósito jurídico y ético”. El resto de agentes investigados son tres escopeteros de la furgoneta 14 del operativo -los únicos que afirmaron que dispararon pelotas de goma-, el suboficial al cargo de la misma y el mando que estaba en la furgoneta 13.

La última vista de este caso, el pasado 1 de marzo, arrojó más sombras si cabe sobre el mismo después de que varios peritos confirmaran que no se puede identificar al responsable del disparo mortal en un vídeo de esa noche grabado por una vecina. La jueza ordenó esta ampliación de la prueba después de que un experto de la Policía española afirmara que la ubicación de uno de los agentes que aparecen en el vídeo es compatible con la trayectoria del tiro que alcanzó a Cabacas, lo que finalmente se ha desestimado.