Bilbao -
El socialismo vasco empieza a perfilar su discurso para las elecciones autonómicas de otoño. Se presentará como el único partido que se preocupa por las cuestiones cotidianas que afectan a los ciudadanos, como el paro, la sanidad o las pensiones; en contraposición a un nacionalismo vasco que, a su juicio, distrae la atención con reivindicaciones identitarias, el derecho a decidir o los presos. En ese mismo saco introduce a PNV, izquierda abertzale y, como novedad, a Podemos, el rival que más daño puede ocasionarle en los comicios. Esa búsqueda del antagonismo con los nacionalistas vascos lleva por extensión a Idoia Mendia a despreciar todos los debates que tengan una mínima relación con ese sector político, como la discusión del derecho a decidir, que últimamente parece revivir en el seno del socialismo aunque sea a través de voces muy aisladas. Mendia reconoció ayer que hay gente en su partido que ve ese derecho como “una cosa positiva”, pero dio carpetazo asegurando que esa herramienta es una “distracción”, tal y como explicó en Radio Euskadi.
El PSOE, que llegó a defender el derecho de autodeterminación de los pueblos en el congreso de Suresnes de 1974, rechaza de plano que un territorio pueda romper con España. Hay voces intermedias que defienden una consulta pactada, consultiva, que no genere automáticamente el derecho a decretar la independencia, pero ese mensaje lo predican en exclusiva los socialistas catalanes y alguna voz crítica o considerada verso suelto como el vasco Odón Elorza o, a nivel estatal, el exportavoz de la corriente Izquierda Socialista, José Antonio Pérez Tapias, quien luchó por el liderazgo del partido en las primarias que lo enfrentaron a Pedro Sánchez y Eduardo Madina. El fin de semana, el socialismo asistió al resurgimiento de la controversia. Por un lado, Josep Maria Álvarez, un defensor de ese principio, se hizo con las riendas de UGT, sindicato vinculado históricamente al partido. Por otro lado, el socialismo catalán, que había firmado la paz abrazando con escaso entusiasmo la reforma federal de la Constitución, volvió a su esencia por boca de la número dos del PSC, Núria Parlon, quien admitió la existencia de un “problema” con el PSOE sobre el referéndum. Ayer tuvo que salir al paso para matizar sus palabras y abogar por la reforma federal. El debate también está en pleno apogeo en el Congreso, con la irrupción de Podemos. En las negociaciones para la investidura de Sánchez como presidente español, ha incluido entre sus propuestas convocar un referéndum en Catalunya.
Sin dejar un solo resquicio, Mendia desechó ayer el derecho a decidir y lo hizo con dureza. Dijo respetar la opinión del líder de UGT, pero solo le interesa la resolución política que ha aprobado el sindicato, donde se apuesta por defender los derechos de los trabajadores. “Espero que se dedique en su trabajo del día a día a defender los derechos de los trabajadores, porque el derecho a decidir no va a solucionar los problemas laborales de los trabajadores”, llegó a decir. En ese punto, admitió que “en el seno del PSE hay personas que también opinan que el derecho a decidir podría ser una cosa positiva, pero no está en la resolución política ni en el espíritu del PSE”. Mendia argumentó que el derecho a decidir supone una “distracción” con respecto a los problemas reales de los ciudadanos, y defenderlo sería una “deslealtad” hacia los votantes.
elecciones La posición de Mendia coincide con la dirección federal socialista, que fijó como única condición para las conversaciones de investidura no negociar con la unidad de España ni el derecho a decidir. El rechazo a las consultas de autodeterminación está recogido expresamente en el pacto que Sánchez ha terminado firmando con Ciudadanos. Cualquier consulta pactada o maniobra creativa en materia de autogobierno contaría con el rechazo de las federaciones socialistas más centralistas, como la andaluza y la extremeña.
Los socialistas se alinean con PP y C’s mientras una amplia bancada conformada por Podemos, Izquierda Unida y los nacionalistas vascos y catalanes defiende el derecho a decidir. La mayoría es aún más amplia en suelo vasco, con la hegemonía de PNV y EH Bildu. La horquilla se ensanchará tras las próximas autonómicas con la irrupción de Podemos. Ese horizonte abre la posibilidad de que el socialismo termine arrojando a sus socios jeltzales en brazos de EH Bildu y Podemos en el debate del nuevo estatus de autogobierno porque los tres coinciden en el derecho a decidir.
Además, el PSE se expone a seguir desangrándose electoralmente por la competencia de una formación de izquierdas con un discurso más ambicioso en materia de autogobierno. Tomando como referencia los resultados de las elecciones generales, mientras que en el cómputo total del Estado y en el Congreso el PSOE sigue por delante de Podemos, en los territorios históricos la formación de Pablo Iglesias ya le ha tomado la delantera. En la comunidad autónoma vasca y Catalunya, directamente, Podemos logró la primera plaza, lo que podría demostrar el amplio respaldo a la vía de la consulta como solución a los problemas territoriales.