BEIRUT. La instalación sanitaria quedó destruida por al menos dos ataques, con un intervalo de unos minutos, en los que fue alcanzada por cuatro cohetes, explicó la nota.

Rebaudengo subrayó que "la destrucción de este hospital privado deja sin servicios médicos a unas 40.000 personas que viven en una zona de conflicto abierto".

En el centro, que contaba con 30 camas, dos quirófanos, una clínica ambulatoria y servicio de urgencias, trabajaban 54 personas, agregó el texto.

MSF indicó que apoyaba este hospital desde septiembre de 2015 mediante el suministro de equipos médicos y sufragando los costes de su funcionamiento.

Anteriormente, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos informó de la muerte de nueve personas por un supuesto bombardeo de aviones de Rusia contra ese centro, ubicado en las afueras de la ciudad de Maarat al Nuaman, en Idleb.

Esta fuente destacó que también hay decenas de heridos y de desaparecidos.

No es la primera vez que una instalación médica que recibe respaldo de MSF es atacada en Siria.

El pasado 5 de febrero, tres personas murieron y otras seis, entre ellas una enfermera, resultaron heridas por un bombardeo contra el hospital de Tafas, en el sur de Siria y ayudado por la ONG.

Siria sufre desde hace casi cinco años un conflicto que se ha cobrado las vidas de más de 260.000 personas, según el recuento del Observatorio.