madrid - Horas antes de cursar una nueva visita a Felipe VI, Pablo Iglesias trasladó a Pedro Sánchez un mensaje rotundo: que no cuente con Podemos para un acuerdo de gobierno que incluya a Ciudadanos en tanto que sus respectivos programas “son incompatibles”. “Ni por activa ni por pasiva” -como dice el líder socialista cuando se le cuestiona por si cedería el paso a Mariano Rajoy- el PSOE dispondría del apoyo morado en el supuesto de que su secretario general explore la vía de Albert Rivera; negativa a la que se suman En Comú Podem, que juzga esta alternativa de intentar un consenso a derecha e izquierda como “inexistente” y “antiética”, e IU.

“Estamos dispuestos a dialogar con todo el mundo”, consideró Iglesias, pero “ha sido Ciudadanos quien ha asegurado de manera explícita que no apoyaría un Gobierno con Podemos. Ellos lo que están planteando, y lo afirman legítimamente, es que deberían ponerse de acuerdo PP y PSOE. Si el PSOE y Pedro Sánchez apuestan por la vía del inmovilismo, la que quiere el PP, también Ciudadanos y parece que el comando Corcuera, pues evidentemente no contará con nuestro apoyo”, ahondó el máximo dirigente de Podemos en alusión a las palabras del ex ministro del Interior del Gabinete de Felipe González, que firmó junto a un sector de la vieja guardia socialista un manifiesto en el que reclamaba a su líder que no alcanzara un pacto con el partido de los círculos. Desde luego, lejos queda el momento en que Iglesias y Rivera se daban razón en los debates de campaña y compartían puntos en común para emprender reformas sobre regeneración democrática.

De esta forma, Iglesias -quien desveló que el rey entiende como él que cuando un candidato decide pedirle el aval para presentarse a una investidura “es razonable que de alguna manera tenga un proyecto avanzado”- ha arrancado la semana clave en las conversaciones para la gobernabilidad exigiendo a Sánchez que se pronuncie en uno u otro sentido, pero sin ambages ni medias tintas: o Rivera, o él. Ahora bien, el líder de Podemos, tras conocerse las desavenencias internas en el PSOE que quedaron reflejadas en las intervenciones de los dirigentes territoriales en el Comité Federal, se ofreció a “trabajar y ayudar” a Sánchez para “superar los obstáculos” internos, conminándole a “levantar la cabeza y mirar a España” porque la ciudadanía desea, a su entender, “un gobierno de progreso”. En este sentido, Iglesias lamentó declaraciones “tan agresivas” hacia su persona como las de la presidenta andaluza Susana Díaz porque “no ayudan” al entendimiento en un clima donde habría que “rebajar el tono”. Lo que mantiene sobre la mesa es el escenario que abrió hace diez días, un tripartito, con Sánchez de presidente, que califica como “enormemente generoso” toda vez que las confluencias de Podemos e IU “ponen más millones de votos” que los socialistas”, de ahí que solicite un número proporcional de ministerios y la vicepresidencia, una cuestión “estratégica” para poder volver a confiar en el PSOE.

La alianza catalana de Podemos, En Comú Podem, en palabras de su cabeza visible, Xavier Doménech, renegó también de acercarse a Ciudadanos después de que una de sus banderas en campaña fuera “el contatro único” y “un cambio del Código Penal que suprima el agravante de género”. “Nos declaramos incompatibles con un gobierno cuyos contenidos sociales y económicos profundizan en aquellas medidas que son las que llevaron a España a las tres grandes crisis”, señaló, trasladando como única fórmula posible la de PSOE, IU, Podemos y sus marcas, además de ERC y PNV, en torno a tres ejes: un plan de rescate ciudadano, la derogación de la reforma laboral y de la reforma energética; un “reconocimiento de la realidad plurinacional del Estado” y del derecho a decidir; y un “cambio constitucional”, acompañado por medidas anticorrupción y anti puertas giratorias. El portavoz de En Comú Podem, que controla Ada Colau desde Barcelona, apuntó que el peor horizonte sería la gran coalición: “No participaremos jamás en esa alternativa después de que nos hayan dicho que somos un peligro para la democracia, y de que nos llamaran chantajistas, amigos de los terroristas, o hayan hablado de nuestros piojos”.

rivera ‘veta’ a podemos Ciudadanos tampoco ve resquicio para poder atraer a Podemos hacia un pacto. Aunque pudieran alcanzar acuerdos puntuales en asuntos como la regeneración democrática o la reforma de la ley electoral, Albert Rivera entiende que la distancia se acrecienta cuando se toca el derecho de autodeterminación que defienden las confluencias de la marca morada, así como la visión sobre el modelo económico, la Constitución y la Unión Europea. De esta forma aclaró que él no pone ningún tipo de “cordón sanitario” a Podemos, con el que no coincide en muchos aspectos, aunque sí en la necesidad de reformas, como por ejemplo de la Ley Electoral. Significa esto que no apoyará un Gobierno en el que esté la formación de Pablo Iglesias pero contempla la opción de llegar a nexos legislativos. Frente a esto, el líder naranja subrayó las coincidencias de su programa con el del PSOE, pidiendo tanto a Sánchez como a Rajoy que abandonen el “tacticismo” e intenten abanderar la negociación de un Ejecutivo, para lo cual les urgió a abrir esta misma semana una mesa de negociación para poner en marcha el procedimiento con un candidato y una fecha de investidura. ¿Quiere eso decir que Rivera podría llegar a votar a favor de Sánchez, formando una minoría de 130 votos que necesitaría la abstención de PP o Podemos para que el socialista fuera presidente? “No lo consideramos. Tampoco considero ir a la luna, pero no lo descarto”, zanjó.

“Nuestros 40 escaños son para negociar desde ya”, fue el mensaje que Rivera trasladó al rey, jactándose de ser “el único partido que es capaz de abstenerse para que gobierne alguien”. Es por ello que pidió a las demás formaciones que hagan la siguiente reflexión: “Si no puedo formar gobierno, ¿voy a impedir que se forme un gobierno en España?”. Rivera remarcó que Rajoy “no puede abanderar la lucha contra la corrupción” porque “no ha sido capaz de limpiar su casa”, matizando que su intención no es “hacerle las primarias” al PP exigiéndole que cambie de candidato.