gasteiz - Dos serán los ejes de la Ley de Empoderamiento de la Ciudadanía de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa que EH Bildu presentará el 10 de octubre: que la consecución del derecho a decidir es “la actualización de los derechos históricos que le corresponden al pueblo vasco” y que “solo la voluntad de la ciudadanía de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa limitará el nivel competencial que se le tiene que dar a esta comunidad autónoma”. Así lo desgranó el portavoz de la coalición en el Parlamento, Hasier Arraiz, en un discurso en el que también presentó a la coalición como “garantía” de que el proceso de paz es irreversible.
Como ya anunció, Arraiz consideró en el pleno de política general que 2016 puede ser el año de celebrar una consulta en los tres territorios de la CAV “si por parte de todos hubiera voluntad política suficiente”. No concretó sobre qué podrían definirse los ciudadanos, pero dijo que “la consulta puede servir para modificar la Ley de Territorios Históricos (LTH), para concretar qué relación quiere esta comunidad autónoma con los demás territorios vascos o con el Reino de España”.
Pese a la solemnidad de la ocasión y de que se comprometió a remitir la propuesta de EH Bildu al Parlamento Vasco, Arraiz se remitió al día 10, cuando la coalición celebrará un acto público para presentar su plan.
Sí desarrolló más su posición sobre Catalunya y también sobre la que deberían tener los demás: “Quien en este momento no toma partido de forma clara y sin ambigüedades a favor del derecho a decidir libre y democráticamente de los catalanes y catalanas, colabora activamente con el nacionalismo español más excluyente, que sufrimos desde el 36 hasta hoy mismo”. Y concretó a qué no se refería con “tomar partido”: “No se puede ni se debe limitar a una declaración formal exenta de compromisos”.
“Estaremos enfrente” La del autogobierno fue la parte central de su intervención, dividida en tres tercios similares. La primera giró en torno a la paz y la convivencia, con la detención el martes de los dos presuntos jefes del aparato político de ETA, David Pla e Iratxe Sorzabal, como telón de fondo.
“¿De verdad creen que así acabarán con ETA? Y tras esta operación, quienes piden a ETA que se disuelva, ¿a quién se lo piden? ¿A una organización que parece que no tiene dirección? ¿Quién lo va a decidir?”, se preguntó Arraiz, que dijo desconocer si ambos arrestados eran quienes leyeron el comunicado de cese definitivo de la violencia. Dándolo por sentado “según dicen todas las fuentes de información”, preguntó “qué sentido tiene detener a quienes tomaron esa decisión y la comunicaron”.
En un discurso sobre todo en euskera, cambió de idioma para lanzar en castellano el primer titular de su intervención: “Nuestro compromiso es la garantía de que este proceso es irreversible”. Más aún, presentó a la coalición como la “garantía” de ello al sentenciar que, “si alguien pretende reabrir el ciclo de las violencias, nos va a tener frente a frente”.
Dispuesto a activar la Ponencia de Paz y Convivencia de un Parlamento al que ve “muy por detrás de la sociedad”, el también presidente de Sortu defendió en su contrarréplica que no considera que el pasado no sea prioritario “por esquivar el tema”, como le criticaron en la sesión de ayer, “sino porque debería ser prioritario resolver lo que está pendiente”, en referencia al desarme, “todas las víctimas” y la cuestión penitenciaria. En ese sentido, y con la vista puesta en las próximas generaciones, quiso querer “contarlo todo-todo. Lo que hicimos y lo que nos hicieron. El daño que infligimos y el que nos hicieron. Y a nuestros hijos les diremos que la violencia siempre es el peor camino, incluso cuando creamos que no hay otro camino, que es el peor”.
“Mucha gente vive bien, pero...” Sin agotar la media hora inicial de intervención y en contraste con otros miembros de la coalición, Arraiz optó por un perfil posibilista y garantista en materia de convivencia (puso su compromiso como aval de que el proceso es irreversible), el autogobierno (“tenemos una voluntad completa de alcanzar un acuerdo amplio”) y en completar las competencias del actual Estatuto de Gernika, incumplido en algunos puntos.
“Que sepa el Gobierno vasco que cuenta con EH Bildu para iniciar cualquier vía que estime oportuna para hacernos con dichas competencias cuanto antes”, ofreció Arraiz, que dedicó el último tercio de su discurso a la situación socioeconómica.
“Escuchados los datos (que ofreció Urkullu), se nos habla de la recuperación económica, pero sin negar que en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa hay mucha gente que vive bien, nuestra preocupación principal es que no se ha reducido el número de vascos que viven en una situación complicada y grave”. En una sociedad “que cada vez es más vieja”, Arraiz puso su foco en los jóvenes: “No los podemos perder”.
El portavoz de EH Bildu también se pronunció sobre los 17.000 millones que la CAV habría dejado de recibir en las últimas décadas por no cumplirse el Estatuto al 100%: “Tiene un nombre: maltrato sostenido por parte del Estado español a la sociedad vasca”.
Tras ponerse a disposición del Gobierno de Urkullu para hacer realidad todas las transferencias pendientes, Arraiz cerró su intervención -en la que hizo referencia a Arnaldo Otegi, Antonio Gramsci o Lluís Llach, entre otros- uniendo, como en otras ocasiones, la economía con el derecho a decidir: “La soberanía plena es el único camino que garantizará la justicia social”.