Mitilene /Berlín - La situación en la isla griega de Lesbos, desbordada ante la masiva llegada de refugiados de los últimos días, ha mejorado después de que miles de ellos hayan sido trasladados a Atenas, pero las embarcaciones procedentes de Turquía no cesan de llegar y aún son miles los que deben esperar en la isla.

Un pequeño paseo por las calles de Mitilene, la capital de esta pintoresca isla del Egeo, basta para identificar a los recién llegados, que comen en los cafés mientras otros hacen cola en una de las agencias de viaje situada frente a la bahía. Buscan hacerse con uno de los pasajes para los ferris que parten a diario desde Mitilene hacia el puerto del Pireo, en Atenas.

Entretanto, el Gobierno húngaro calificó ayer de “calumnias inconscientes” las declaraciones del canciller austríaco, Werner Faymann, en las que identifica la postura de Budapest en la crisis de los refugiados con las épocas más oscuras de Europa. “El alboroto de Werner Faymann de hoy superó toda tolerancia”, aseguró el ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, en declaraciones a la agencia MTI.

En una entrevista que publicó ayer la revista alemana Der Spiegel, el primer ministro austríaco señala que la política de su homónimo húngaro, Viktor Orbán, en el tema de los refugiados le recuerda a “la época más oscura de la historia” europea. Faymann acusa a Orbán de actuar de forma irresponsable cuando dice que todos los refugiados son “inmigrantes económicos”.

En este sentido, Szijjártó reiteró que Hungría cumple con todas sus obligaciones comunitarias y criticó a los políticos que, como el canciller austríaco, crean con sus declaraciones “ilusiones falsas” en los que considera inmigrantes económicos. El ministro húngaro opinó que Faymann se expresó así para lograr más apoyo político en su país, en alusión a las próximas elecciones regionales que se celebrarán en Viena y otras regiones de Austria.

Las relaciones diplomáticas entre Hungría y Austria se han enrarecido en las últimas semanas y los dos países se acusan mutuamente de no cumplir con las obligaciones que derivan del acuerdo de Schengen, que regula la libre circulación en 26 Estados europeos.

Disculpas de la reportera Mientras tanto, la reportera húngara despedida por patear y poner la zancadillas a varios refugiados, entre ellos niños, que trataban de huir de la Policía, ha pedido perdón por sus actos, por los que está siendo investigada por vandalismo. “Pido sinceramente perdón por lo ocurrido a todos los afectados”, dijo Petra László en un carta publicada en el portal informativo Mno.

Centenares de vecinos de Budapest participaron ayer en un acto de solidaridad con los refugiados en la estación Keleti de la capital húngara, uno de los epicentros del éxodo masivo que cruza Europa y donde por primera vez en semanas había más habitantes de la ciudad que inmigrantes. En el mismo punto delante de la estación donde hace poco más de una semana centenares de refugiados protestaban porque el Gobierno húngaro no les dejaba partir hacia Occidente, varios grupos de música tocaban en un escenario ante un público mucho más relajado.

Esta pareció ser ayer la tónica en muy diferentes lugares de Europa. Así, por ejemplo, miles de personas participaron en Hamburgo (norte de Alemania) en concentraciones convocadas en favor de la acogida de refugiados y contra la xenofobia, tras la prohibición de una marcha neonazi en la ciudad por parte del Tribunal Constitucional germano.

Según fuentes policiales, la manifestación convocada por organizaciones de izquierda ante la estación central, que reunió a unas 7.500 personas, derivó en disturbios cuando un grupo de extremistas atacó un tren ante la sospecha de que en él había ultraderechistas, lo que obligó a suspender temporalmente el tráfico ferroviario. Mientras, en el centro de la ciudad, frente al ayuntamiento, miles de personas se sumaron a la convocatoria realizada por varias organizaciones e instituciones públicas en favor de la tolerancia y el multiculturalismo.

Ruta de los balcanes La ciudad de Múnich, al sur, se declaró ayer desbordada y sin camas suficientes ante la llegada de miles de refugiados en las últimas horas y la previsión de que sigan los flujos migratorios desde Austria todo el fin de semana. “Ya no sabemos qué podemos hacer con los refugiados”, dijo a la prensa el alcalde de la capital de Baviera, el socialdemócrata Dieter Reiter, quien reclamó a los otros estados federados que asuman también su responsabilidad. Las autoridades locales estimaron que ayer llegarían alrededor de 10.000 nuevos solicitante de asilo.

Las autoridades austríacas indicaron que en los próximos días llegará al país un nuevo contingente de miles de refugiados y consideraron realistas los cálculos de que 40.000 personas se dirigen hacia los países ricos de Europa a través de la llamada ruta de los Balcanes. Hans Peter Doskozil, director de Policía de la región de Burgerland por la que entran los refugiados, habló de la posible llegada hasta el lunes de una “enorme” ola que podría equipararse a la del pasado fin de semana, cuando 16.000 personas cruzaron a Austria por la frontera con Hungría.

Austria se ha visto obligada a cortar temporalmente el tráfico en la autopista procedente de Hungría, debido a la presencia de refugiados que caminaban por ella, y a interrumpir la circulación de trenes con el vecino país, ante la saturación del sistema ferroviario.