- Cuando hace casi un año la OMS lanzó la alerta sanitaria mundial por ébola, nadie estaba preparado para enfrentarse a un caso del temible virus. Ahora, el Hospital Donostia, con su área de alta seguridad biológica, ha conseguido erigirse como uno de los siete hospitales de todo el Estado designado por el Consejo Interterritorial de Salud para el tratamiento de los casos confirmados de ébola. El lehendakari, Iñigo Urkullu, destacó ayer que la nueva área -que se encuentra ya operativa- permitirá afrontar con “total seguridad” un caso de ébola o cualquier otra enfermedad contagiosa grave. Además de los casos que pudieran darse en Euskadi, en Donostia se facilitaría la asistencia a casos diagnosticados en comunidades limítrofes como Nafarroa, La Rioja o Cantabria.

Euskadi ha vivido al menos cinco falsas alarmas por ébola, que al final resultaron ser malaria, que activaron todos los protocolos e hicieron saltar todas las alarmas, obligando a poner a los pacientes sospechosos en cuarentena. Ahora se dispone ya de un área específica, un espacio cuyas obras comenzaron el pasado mes de abril y que han contado con una inversión de 321.742 euros. “Nos va a permitir poder afrontar con total seguridad un caso real de ébola o cualquier otra enfermedad infecciosa grave, por lo que creo que podemos sentirnos seguros de contar con una infraestructura adecuada para los pacientes y para los profesionales de Osakidetza”, especificó ayer Urkullu.

Además del tratamiento del enfermo, la seguridad de los sanitarios ha sido uno de los aspectos con mayor peso a la hora de habilitar la zona, destacó el lehendakari, quien aseguró que, con el propósito de preservar esa seguridad, 8.809 profesionales vascos han participado en 517 cursos de formación en los que se han analizado aspectos epidemiológicos, organizativos y preventivos relacionados con el ébola.

El área de alta seguridad biológica está ubicada en la planta cero del edificio central y consta de la habitación de paciente, una esclusa de entrada, una zona de descontaminación y un pasillo de acceso a la ducha de descontaminación. Según el jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Donostia, Jose Antonio Iribarren, cada una de estas zonas está aislada del resto y las puertas no se pueden abrir simultáneamente. Cuenta además con un sistema de climatización que garantiza por medio de presiones negativas que el flujo de aire siempre sea desde las zonas descontaminadas hacia las contaminadas y nunca al contrario.

Iribarren remarcó que el área puede atender “no solo el ébola sino cualquier enfermedad altamente contagiosa” pero a un único paciente, que accedería a ella tras declararse una alerta sanitaria. La función primordial es trasladar las posibilidades de una unidad de cuidados intensivos a esta zona de forma que se pueda atender al paciente en esa habitación sin necesidad de llevar a cabo trasladados dentro del hospital.

La utilización de estas instalaciones cuenta con protocolos estrictos sobre la descontaminación de los residuos y la colocación de los trajes especiales que deben seguir, médicos, enfermeros, auxiliares y personal de limpieza con el objeto de evitar los contagios. Además, la persona que entra en la habitación siempre pasará para salir a través de una ducha de descontaminación por hipoclorito sódico y cualquier equipamiento que desde este área pudiera ser trasladado al resto del edificio antes pasará también por un proceso de descontaminación con peróxido de hidrógeno.

Iribarren aclaró que, “por el momento”, los sanitarios se quitarán el traje con ayuda de una persona que indicará los pasos y el orden en el que deben ir despojándose del equipamiento especial desde una estancia aledaña a través de un teléfono.

El 8 de agosto de 2014, coincidiendo con la alerta emitida por la OMS, se enviaba el procedimiento de actuación ante casos sospechosos a todos los centros sanitarios de Osakidetza y de la red privada. Veinte días después se publicaba la forma de actuación ante casos de sospecha de infección por ébola en los servicios asistenciales de Osakidetza, así como los aspectos organizativos y de prevención de riesgos laborales.

Además, se consideró que la formación dirigida a los profesionales era un pilar fundamental. Por ello, la formación se dividió en aquella que afectaba a los profesionales con mayor cercanía y contacto con los casos sospechosos (los servicios designados de referencia Hospital de Basurto y Hospital de Donostia y Emergencias de Osakidetza) y, en estos, sobre todo las unidades de infecciosas, urgencias, laboratorios, pediatría, limpieza y celadores.