El día comenzó pronto ayer para miembros de la asociación de memoria histórica 'Betiko Lagunak', que ayer participó en la cadena humana. 55 de sus miembros tuvieron que programar los despertadores para acudir puntuales a la cita con el autobús que les transportó al alto de Kanapzar. Allí, entre los kilómetros 17 y 18, se dieron cita con otros integrantes del grupo hasta llegar a los 90 miembros. El resto se trasladaron en coches particulares. Con edades comprendidas entre los tres meses de edad, y los 97 años, la ocasión reunió hasta cuatro generaciones. Antes de comenzar con la cadena, y mientras unos llegaban y otros esperaban, el grupo disfrutó del buen tiempo con comida, bebida y música. El ambiente festivo imperó.
Entre ellos destacaron dos protagonistas, los gudaris Manuel Sagastibeltza y José Moreno, de 97 y 95 años respectivamente. Los más veteranos del grupo. Los de más experiencia. Animados y contentos como el resto, ambos explicaron que estaban "contentos por haber acudido" a la cita y afirmaron que "el día de hoy -por ayer- marcará un antes y un después para Euskadi".
Lo cierto es que el día fue de fiesta para todos los miembros de esta asociación. Para llegar al alto de Kanpazar, dónde se situó la zona en la que debía reunirse la expedición, los miembros de 'Betiko Lagunak' tuvieron que recorrer los 18 kilómetros que separan Durango del puerto. La gente, que esperó desde muy temprano a que llegara la hora de comienzo del acto, se agolpó en los arcenes de la carretera y en los sitios habilitados con música y "avituallamiento". La mayoría buscó agradecida la sombra que brindaron los árboles, ya que al calor popular se le unió el climatológico. En todo el recorrido, además de la gente, la gran protagonista fue la música. Trikitixas, panderos e irrintzis, que provocaron que niños y mayores se animasen a cantar y bailar.
A media mañana el kilómetro dieciocho fue una fiesta. En ese momento el grupo de 'Betiko Lagunak' se arropó bajo la sombra que brindaban varias hayas, en medio de un merendero en el alto del puerto. Con la música presente en todo momento, los miembros del grupo se animaron a cantar y a bailar al son de txistularis y trikitixas.
Antes de llevar a cabo la cadena oficial se realizó una prueba para comprobar que todos estaban en su sitio y no quedaba ningún hueco entre mano y mano, o pañuelo y pañuelo. El portavoz y alma del grupo, Txomin Saratxaga, empezó a ponerse nervioso. Por un momento los miembros de 'Betiko Lagunak' parecían haber desparecido. No estaban todos y muchos de ellos se habían colocado en el lugar equivocado, algo completamente normal teniendo en cuenta que eran 90 personas. Pero con alegría y después de unos cuantos movimientos todos los miembros se recolocaron, listos para el simulacro. Saratxaga respiró tranquilo y disfrutó del momento junto al resto de integrantes del grupo.
Llegaron las 12.00 y las más de 150.000 personas que participaron en la cadena unieron sus manos durante media hora, incluidos los 90 miembros de la expedición. La enorme cadena no permaneció quieta mucho tiempo. Enseguida, las olas, las canciones, los movimientos hacia delante y hacia atrás, hicieron del momento algo festivo y divertido. Media hora después de fundirse en una cadena que ató Euskadi, un largo aplauso resonó, momento en el que los integrantes de 'Betiko Lagunak' volvieron a reunirse.
Contentos y orgullosos de los que había conseguido la organización de Gure Esku Dago, para ellos la cadena fue un "total éxito". Ya solo quedaba celebrarlo, y como no podía ser de otra manera, los integrantes de la asociación tenían reservada una gran comida en Aranzazu. 'Betiko Lagunak' aportó su "grano" de arena por el derecho a decidir.
Viendo la cantidad y la variedad de miembros que forman 'Betiko Lagunak', queda claro que el relevo generacional está asegurado. Dentro del grupo se encontraban personajes tan relevantes de Euskadi, como Iñaki Anasagasti. Además, la asociación tiene su futuro garantizado, su integrante más joven es una niña de solo tres meses.