BILBAO - La distensión vuelve a presidir la relación PNV-PSE.

-PNV y Gobierno Vasco deberían admitir mejor el enorme esfuerzo del PSE para asegurar la gobernabilidad de un Ejecutivo en minoría, decisión que el PNV tomó solo, y que cuando tuvo una necesidad apremiante para atar los Presupuestos los acordó con el PSE, que de nuevo demostró su gran sentido de país. Pero ese pacto no implica no poder criticar las deficiencias del Gobierno de Urkullu, que tendría que tolerar mejor la dialéctica de la oposición socialista.

Pero los jeltzales, lejos de acercarse a EH Bildu, esperan al PSE en la mayoría de asuntos, e incluso en materia de pacificación se han 'heredado' iniciativas...

-Es que es elemental en un país que obliga a la pluralidad en ciertas materias. El tiempo posterior a ETA reclama máximo entendimiento, y el Gobierno Vasco está obligado a ser prudente, algo que no siempre ha hecho. Ahí está el reciente episodio con la Secretaría que atiende a las víctimas. Quiero creer que Urkullu pretende ser prudente.

¿Cómo valora la 'tormentosa' salida de Txema Urkijo?

-Su pérdida y la interpretación de los hechos no nos ha gustado. El Gobierno Vasco debe ser muy exigente en su relación con el mundo de la izquierda abertzale, que aún debe recorrer un camino de reconversión cultural por el que transita demasiado lento, como se vio en el incidente de Hasier Arraiz, donde estoy tan conforme con la sentencia del TSJPV como disconforme con sus palabras porque dijo algo gravísimo. Hace 35 años se equivocaron yéndose al monte, a matar. Y el PNV tiene la fuerza para mostrarse autoritario. Las palabras de Andoni Ortuzar sobre ETA en el Aberri Eguna me gustaron, y esa es la firmeza a mantener. Urkullu y Jonan Fernández deben tener claros esos principios de cara al relato futuro de la reconstrucción de la sociedad recuperando marcos de convivencia.

¿Qué espera de ETA?

-Quiere seguir en el machito pero cada vez es más despreciada. No sé si llegará la hora en que tenga la valentía de disolverse, o es que no sabe cómo solemnizar la forma de apagar la luz tras un momento, el de octubre de 2011, que fue histórico. Sería bueno que traspasara todos los trastos a la opción política y nos dejara ya en paz.

Alguna voz del PSE vislumbra una pinza de izquierdas a futuro con EH Bildu. Le hablo de Eguiguren.

-Es algo totalmente especulativo e inoportuno. Inviable, imposible. No lo veo para nada. Son proyectos antagónicos.

Eguiguren no es un cualquiera.

-Todos sabemos que Jesús ha jugado su papel y su momento, y que tiene esa proximidad. Pero lo que yo le digo refleja al 100% el sentimiento del PSE.

¿Dónde sitúa a Patxi López una vez lleguen las primarias?

-Lo decidirá él. Lo principal es que las primarias serán una revolución democrática, necesaria para que la gente crea en los políticos.

La dupla con Madina para relevar a Rubalcaba incluso podría dar un empuje al PSE.

-No sé si se entenderán o llegarán a un acuerdo... Hay mucha gente capacitada en el partido. Hemos acordado no hablar de primarias y ya lo estoy incumpliendo...

¿Puede ser hora de que una mujer lidere el PSOE?

-Sí, claro. Todos sabemos que Chacón quiere ser candidata, y lo será.

Por cierto, Chacón apunta a verso suelto en esta campaña.

-Todos haremos campaña y ella es también referente del socialismo.

Si Valenciano triunfa...

-¿Si se va a animar? [sonríe]. Todo puede ser.

¿Le preocupan las fugas del PSC?

-Y me disgustan. Pero el PSC por fin ha elegido un camino, y debe asumir los sectores disconformes. - I.Santamaría