MOSCÚ. "Estamos dispuestos a conversar a condición de que sea un diálogo justo, como socios, sin que haya intentos de presentarnos como si fuéramos incluso parte en el conflicto", dijo el titular en rueda de prensa.
Así se refirió al aluvión de críticas de Occidente sobre la "actitud agresiva" de Moscú frente a la crisis política más grave en la historia postsoviética de Ucrania.
Lavrov agregó que "el así llamado Gobierno interino (ucraniano) no actúa por su propia voluntad y depende, lamentablemente, de radicales nacionalistas que tomaron el poder a través de insurrección armada".
Además, insistió en la necesidad de investigar los violentos disturbios en Kiev que se saldaron con un centenar de muertos y casi un millar de heridos y acabaron con el derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich.
"Sin duda, la investigación debe ser realizada y creo que no será posible dar carpetazo a las últimas informaciones sobre el llamado 'caso de francotiradores'", dijo el jefe de la diplomacia rusa en alusión a las sospechas de algunos diplomáticos europeos acerca de que los tiradores que actuaron en Kiev pudieron ser contratados por la entonces oposición ucraniana.