MAPUTO. Los asnos, que llegaron a la región procedentes de la vecina provincia de Tete, están ayudando a suplir la escasez de vehículos de emergencias, facilitando el traslado de enfermos de las zonas más remotas y con pésimas vías de acceso hasta los centros sanitarios de Panja, Muxúnguè y Chibabawa.
La comarca de Chibabawa, con más de cien mil habitantes, solo dispone de 13 dispensarios y un hospital rural y, para recibir atención médica, muchos vecinos tienen que caminar más de 20 kilómetros o acudir a los abundantes sanadores tradicionales.
"La carencia de ambulancias para trasladar a los enfermos a los centros de salud y la falta de medios económicos para comprarlas nos llevaron a esta iniciativa comunitaria", explica a Efe David Guitimela, Director de Salud del distrito de Chibabawa.
Gracias a los fondos de una organización austríaca, la comunidad ha podido comprar en Tete treinta burros por unos 400 euros cada uno, que se han reproducido y ya suman más de cuarenta.
Al mal estado de las carreteras se le suma que la región es escenario de los últimos enfrentamientos armados entre el Ejército de Mozambique y los exguerrilleros de la Renamo (Resistencia Nacional Mozambiqueña), que controlan buena parte del territorio de la provincia de Sofala, donde está ubicada Chibabawa.
Ambos contendientes mantienen enfrentamientos armados esporádicos desde hace tiempo, aunque se han recrudecido en los últimos días, y han causado un centenar de muertos en lo que va de año.
El clima político es muy tenso entre Renamo y Frelimo (Frente de Liberación de Mozambique, formación en el Gobierno), antiguos contendientes en el conflicto civil que desangró el país durante 17 años y concluyó con los acuerdos de Roma en 1992.
Transformados en partidos políticos, el Frelimo gobierna desde entonces Mozambique y la Renamo ocupa asientos de la oposición en el Parlamento, mientras mantiene centenares de hombres armados escondidos en el centro del país.
El temor al conflicto y los controles militares impuestos en muchas carreteras y caminos han disuadido a vehículos de transporte de pasajeros y ambulancias de internarse en ciertas zonas.
Así, la acción de los pollinos está paliando esa falta de transporte médico.
"Una ambulancia motorizada no es rentable -asegura a Efe María de Lourdes Mboana, coordinadora de la asociación de mujeres ComuSanas-. Necesita un conductor, gasolina y mantenimiento. La comunidad no puede hacer frente a esos altos costes".
Mboana puntualiza que "el servicio es para todo tipo de enfermos, aunque tienen prioridad los del área materno infantil", como "embarazos o complicaciones derivadas del parto, pero también dolencias crónicas", y agrega que "las mujeres no pagan por el uso de este servicio".
Dispuestos por parejas, los burros han sido entrenados para tirar de una carreta habilitada al uso donde los pacientes (en su mayoría, parturientas) se tumban mientras son conducidos hasta el centro de salud más próximo.
El servicio de "asno-ambulancia" facilita su traslado y evita los partos no asistidos en casa, una de las causas de la alta mortalidad posparto en Mozambique.
Debido al éxito de la iniciativa, el servicio se ha ido ampliando a otras urgencias sanitarias, como el transporte de heridos de bala de las recientes refriegas entre los militares mozambiqueños y los combatientes de la Renamo.
Además, los burros también reciben cuidado veterinario de los servicios municipales y se benefician de una gestión comunitaria en la que están involucradas autoridades tradicionales y religiosas.
A pesar de ser la primera vez que se usan burros como sustitutos de ambulancias en esta zona de la provincia de Sofala, ya se aplicó en 2008 una iniciativa similar: bicicletas-ambulancia para atender a pacientes de tuberculosis y sida.