SALAMANCA. En sus conclusiones provisionales, el Ministerio Fiscal pedía para este sacerdote, que sigue ejerciendo, una pena de seis años de cárcel "en concepto de autor de un delito continuado de falsedad en documento público".

Sin embargo, el abogado de la defensa de C.L.S. ha reconocido ante los medios de comunicación que ha asumido "haber cometido el delito", por lo ha aceptado una pena de dos años de cárcel, una multa de seis meses a tres euros por día y otros dos años de inhabilitación.

Además, también ha habido acuerdo con cinco de los seis acusados -uno de ellos está en paradero desconocido- que participaron en las bodas ilegales por el delito de falsedad en documento público, pero en concepto de cooperadores.

La Audiencia Provincial de Salamanca les ha impuesto una pena de un año y medio de prisión y seis meses de multa a tres euros por día.

Una de las acusadas era M.T.S.S., una mujer que participó primero en una de las bodas ilegales y, posteriormente se casó de forma civil, con otro ciudadano de Marruecos "a sabiendas de que su anterior matrimonio subsistía legalmente", según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía de Salamanca.

A ella se le ha impuesto, además del año y medio de prisión por falsedad en documento público en concepto de cooperadora, otra pena de seis meses de multa por el delito de bigamia.

El que fuera sacerdote de la cárcel de Topas, C.L.S., había celebrado, según la instrucción del caso, tres matrimonios para regularizar la situación en España, "previo pago de una suma de dinero", de tres inmigrantes ilegales de procedencia marroquí.

En los tres casos, el cura "firmó la documentación oportuna para simular" las tres bodas, aunque, según señala el escrito de conclusiones provisionales de su abogado defensor, reconoció ante la juez del Registro Civil de Salamanca que "los matrimonios no habían tenido lugar".

Según el letrado de C.L.S., una vez que le sea notificada la sentencia, pedirá "la suspensión de la condena para que no entre en prisión".

También ha confirmado que el cura sigue ejerciendo el sacerdocio y ha revelado que "ha llegado de las misiones para acudir a este juicio".

C.L.S. ya ha cumplido una pena de tres años de prisión por un delito de tráfico de drogas, después de probarse que organizaba la compra de droga y su distribución en la cárcel de Topas "utilizando para ello su condición de sacerdote" y su "facilidad" para entrar en la prisión.