Vitoria. En su apuesta por confeccionar un Plan de Paz equilibrado, el Gobierno Vasco no solo ha llamado a la puerta de la oposición y de los agentes sociales, sino que también ha recabado las impresiones de expertos independientes y de profesionales de instituciones académicas de Estados Unidos, aportaciones que recogió ayer el lehendakari aprovechando su viaje. El informe de los investigadores estadounidenses supone únicamente una primera valoración, y será ampliado a finales de este año o en enero, cuando está previsto que los estudiosos remitan al Ejecutivo unas propuestas más detalladas sobre medidas concretas como la política penitenciaria o los centros memoriales pero, aun con esas prevenciones, el dictamen supone un importante espaldarazo para Lakua, ya que avala en fondo y forma el plan del secretario de Paz y Convivencia, Jonan Fernández.
Por un lado, los expertos ven con buenos ojos que el texto se comprometa "con todos los derechos humanos y con todas las víctimas" y, por otro, en cuanto a la metodología, valoran que apueste por el consenso, que se fije como reto un acuerdo mínimo entre las cuatro grandes familias políticas de la CAV, y que lo haga a través de los microacuerdos, ya que entienden que esos pequeños pactos allanarán el camino para forjar alianzas de mayor calado en el futuro. En el apartado de las sugerencias, no recogen ningún tirón de orejas al Gobierno, y apuestan por ahondar en propuestas que ya contempla el plan. En definitiva, no señalan cuestiones inasumibles y, aunque apunten propuestas de mejora, su tono poco tiene que ver con las críticas de la oposición, que han visto escorado el plan de Lakua.
El aval se suma a la valoración positiva emitida hace unas semanas por la sección estatal de Amnistía Internacional, que ya aplaudió el reconocimiento a todas las víctimas, aunque apostó por activar un mecanismo independiente para actuar con garantías en la investigación de las torturas. La oposición, por su parte, se ha centrado más en censurar el relato del pasado -PSE y PP creen que el Gobierno se muestra equidistante con la izquierda abertzale, y Bildu considera que no carga lo suficiente contra las otras violencias-, que en criticar la metodología, ya que unos y otros se han abierto a reconocer a todas las víctimas -aunque sin equiparaciones-, a abordar el debate de la política penitenciaria -con el matiz de que el PP pide que se disuelva ETA primero-, o a poner en marcha centros de la memoria. Aunque es previsible que la discusión sobre las versiones del pasado aflore en la puesta en marcha de cada propuesta, podría no ser motivo para vetar desde el arranque un plan cuyos objetivos comparten. Además, el aval internacional al proyecto podría contribuir a limar los recelos de PSE y PP. Cuestión aparte sería que en el desarrollo del plan puedan influir factores externos como el aparente bloqueo del proceso y de las posiciones de los actores. Se prevé que el plan vea la luz a finales de noviembre. Fuentes de Lehendakaritza consultadas por DNA avanzan, asimismo, su intención de consultar el proyecto con instituciones europeas. En concreto, y aunque no está cerrado, podrían organizar un seminario de una o dos jornadas para que un equipo de personas del mundo académico e institucional, y con implicación en procesos de paz, ofrezcan su visión. Urkullu aseguró que se tendrán en cuenta las aportaciones y que el plan se aprobará desde el rigor y sin estridencias.
Para las fuentes consultadas, el informe presentado ayer por el lehendakari en Nueva York pone sobre la mesa una valoración global "muy positiva" que, a juicio de esas mismas fuentes, tendría un valor adicional si se tiene en cuenta que el dictamen parte de personas ajenas, sin intereses políticos en la realidad vasca. Además, el equipo se compone de estudiosos de diversas universidades y organismos. En concreto, las propuestas las han redactado Andrea Bartoli y Borislava Manojlovic, de la Seton Hall University, con la colaboración de Peter Coleman -Columbia University-, Susan Allen Nan -George Mason University-, Paul Hoyt-O'Connor -George Washington Universuty- y Pamela Aall, del Instituto de la Paz de Estados Unidos. También se han sumado las contribuciones del equipo investigador de la universidad George Mason, integrado por Mark Magellan, Rachael Rackley, Mark Hardee, Dominic Anozie y Crystal Simon.
Los expertos han hecho llegar sus propuestas al Gobierno para que pueda tenerlas en cuenta antes de aprobar el proyecto. En su informe, ponen en valor la idea del plan de abordar el pasado, el presente y el futuro "de forma responsable y constructiva", al entender que proporciona un marco sólido para implementar los objetivos del proyecto; y también ven con buenos ojos que abarque propuestas para la educación, la política penitenciaria o los memoriales. "En este sentido, el plan es completo", opinan.
En el terreno de las sugerencias, apuestan por crear espacios para escuchar "voces plurales" de las víctimas y aprender de su historia, y piden hacer hincapié en la paz como "un proceso de trabajo" que requiere dedicación constante, y reflexionar sobre qué tipo de espacio -político o social- podría permitir pasar de la competencia al consenso. Para Lehendakaritza, no se refieren a los últimos rifirrafes por la Ponencia de Paz, sino a que el conflicto ha dejado crispación y heridas en Euskadi.