BILBAO. Urkullu ha reconocido, en una entrevista concedida a Efe, que es "difícil" lograr, como él pretende, un nuevo estatus político para 2015 consensuado entre todas las sensibilidades políticas que están representadas en el Parlamento Vasco, pero tiene la esperanza de conseguirlo.

"Es algo que tenemos que hacer entre todos" y eso "exige un primer paso de responsabilidad de ETA" de forma que haga "un gesto de desarme verificable, que ayude a que los demás puedan comprometerse en la normalización de la convivencia política".

A juicio del lehendakari, la falta de una demostración por parte de ETA de su voluntad de entregar al menos parte de sus arsenales condiciona las actitudes de los partidos y del propio Gobierno.

"Un gesto de desarme", unido a la "posibilidad de que los presos (de ETA) puedan adoptar sus propias decisiones de manera individual, podría comportar que el Gobierno español" diese "pasos" que, además, "otros partidos políticos y la sociedad vasca justificarían y aplaudirían".

Sin embargo, la ausencia de gestos por el momento, a pesar de pronunciamientos como el comunicado de ETA difundido hoy, en el que no se refiere a su desarme, "condiciona" avanzar hacia una mayor soberanía en Euskadi. "Claro que lo condiciona, lo ha condicionado siempre", ha sentenciado.

De hecho, debido a la actividad violenta de ETA no ha habido disposición por parte del Estado "a analizar planteamientos políticos y jurídicos", hasta el punto de que el PNV ha visto comprometida su "legítima aspiración ideológica" y su acción política "por una interpretación interesada de connivencia con el terrorismo", ha denunciado.

Urkullu ve que esa falta de movimientos de ETA frena incluso la apuesta por una consulta popular de autodeterminación.

Ha desvelado, en este sentido, que el Partido Socialista de Euskadi "cuando menos" admite "el derecho a decidir de manera pactada", que defiende el PNV.

Cree factible que el PSE haga una revisión "de sus posiciones históricas" porque no se trata de convocar una consulta sobre la independencia, sino de acordar "la herramienta" para que los ciudadanos se puedan expresar y que "su decisión sea respetada".

"La pregunta concreta (a plantear) se derivaría del acuerdo que alcancen las formaciones políticas durante esta legislatura", ha precisado.

Por eso, Urkullu aspira a que también "otras formaciones, a la luz de la normalización en la convivencia política que derive de un gesto de desarme", se "avengan al planteamiento del derecho a decidir de manera pactada".

La hoja de ruta de Urkullu para lograrlo pasa por crear primero una ponencia en el Parlamento Vasco que haga un trabajo comparado sobre "las realidades del entorno y la evolución del autogobierno vasco", apoyada por las aportaciones de juristas o profesionales "ajenos al rifi rafe político".

De cara al reconocimiento de ese derecho por parte del Gobierno central, el lehendakari entiende que existen "herramientas legales" como la propia Constitución, que ampara los derechos históricos de los territorios vascos y su actualización, así como la revisión que prevé el propio Estatuto de Gernika y el Concierto Económico vasco, como un sistema bilateral de relación.

Su objetivo es que Euskadi pueda decidir su futuro y relacionarse con otras comunidades autónomas como Navarra o el País Vasco francés y que "eso tenga su proyección en Europa".

"Creo que es posible el reconocimiento como nación vasca en Europa en la medida en que podamos participar en foros internacionales en cuestiones que afecten a los vascos conjuntamente con la nación española", ha proclamado Urkullu.

Por eso respeta el proceso que vive Cataluña, para la que desea "lo mejor", pero también pide que se respete la realidad vasca y no tener que escuchar que se interpretan como "privilegios" los acuerdos fiscales vascos que le corresponden en virtud del Concierto Económico.

En ese afán por lograr avances, también en la pacificación, Urkullu admite que aunque no haya gestos visibles en el proceso para el fin de ETA "eso no quiere decir que por debajo no haya movimientos y se trabaje".

De hecho, el Gobierno vasco "mantiene una relación permanente con agentes, personas, colectivos, instituciones que pueden estar también haciendo sus trabajos" sobre este asunto, en el que Urkullu opta por la "discreción" y prefiere no desvelar si se ha citado ya con la comisión de verificación internacional que podría visitar próximamente el País Vasco.

Pero su empeño en asentar la paz le lleva a insistir en un emplazamiento a ETA para que haga gestos, aunque le "da igual ante quién lo haga". "Yo no tengo ningún afán de protagonismo en esta historia. Que lo haga ante quien lo tenga que hacer, pero que sea verificable", ha resumido.