Bilbao. Jeltzales y socialistas negocian un pacto global que abarcará la fiscalidad, la reactivación, las políticas públicas y la arquitectura institucional. A pesar de su amplitud, únicamente comprometerá el apoyo del PSE en las materias contempladas en el acuerdo, de tal forma que podrá reservarse el derecho a ejercer la oposición en otras áreas no tan concernientes a la gestión cotidiana, como sucediera con la derogación del Día de Euskadi o como ha ocurrido recientemente con las propuestas de paz del Gobierno vasco. Sin embargo, los ejes del eventual acuerdo tocan el corazón de la gestión de la crisis y forman parte del corpus esencial de todo presupuesto, de modo que el pacto podría allanar el camino para que Lakua pasara con éxito el trance de la votación de las Cuentas de 2014 y pudiera procurarse así cierta estabilidad. Además, el pacto prolongaría su vigencia más allá del próximo año, un extremo confirmado por fuentes de ambos partidos.
Por una parte, PNV y PSE se han comprometido a abordar tareas que podrían dilatarse, como la revisión del entramado institucional, a la vista de la complejidad de la empresa. Reformar la Ley de Territorios Históricos o simplificar la red de empresas públicas podría llevar "años", y mantendría vivo el canal de negociación. Por otra parte, resulta evidente que la reforma fiscal tendrá un periodo de vigencia prolongado, ya que se le supone cierta vocación de permanencia. El argumento más claro hay que buscarlo, no obstante, en el plan de reactivación y empleo, ya que tendrá un carácter plurianual y abarcará desde 2013 hasta 2016. Ese programa, dotado con al menos el 50% de los nuevos recursos que procedan de la reforma fiscal y la lucha contra el fraude, se sumará a los planes ordinarios habitualmente contemplados en los Presupuestos. Todas las Cuentas de la legislatura deberán incluir compromisos con el plan de reactivación.
Antes de conocer la previsión de ingresos, que trascenderá en el Consejo Vasco de Finanzas del 15 de octubre, los dos partidos solo podrán pactar una dotación general para el conjunto del plan, sin entrar a precisar cuántos millones se destinarán a cada actuación concreta en 2014. Como es lógico, aún no pueden avanzar la dotación del programa hasta 2016, sino que abordarán ese debate anualmente. Aunque el plan sea plurianual, resultaría exagerado hablar de un acuerdo de legislatura, ya que ese formato se asocia más a los pactos que comprometen un apoyo parlamentario permanente y en un amplio abanico de políticas. En todo caso, cabría hablar de un eventual acuerdo presupuestario para toda la legislatura, aunque la conclusión sería excesiva y precipitada, ya que las Cuentas serán más complejas y abordarán otras materias al margen del plan.
Aun así, y sobre las Cuentas del próximo año, desde el PSE admiten que, "si se pactan los ingresos y parte de los gastos, tienes algo avanzada la negociación presupuestaria". Además, PNV y PSE también negocian el sostenimiento de las políticas sociales y, para 2014, han apostado por mantener, al menos, las dotaciones de 2012, lo que significa que comienzan a bajar al detalle de los Presupuestos. Un acuerdo sobre planes plurianuales ahorraría a Lakua tener que arrancar de cero todos los años las negociaciones de las Cuentas, además de que mantendría engrasada su relación con el PSE en base a compromisos previos. El socialismo, por su parte, mantendría un diálogo preferente con el Gobierno y se aseguraría cierta capacidad de influencia en sus políticas. Sin embargo, podría darse el caso de que una o varias partidas al margen del pacto recogieran principios inasumibles para el PSE, en cuyo caso no podrían aprobar el proyecto.
El Parlamento Para contar con esos recursos, deberán pactar en primer lugar la reforma fiscal. Para que pueda materializarse en las Juntas de Araba y Gipuzkoa, donde no cuentan con la mayoría necesaria, deberán atraer, al menos, a EH Bildu y PP. Fuentes socialistas creen que podrán dialogar una vez cerrado el pacto con el PNV, e introducir cambios en la tramitación en Juntas. "No es un pacto excluyente. Está abierto a modificaciones y a revisar porcentajes salvo que esos cambios desnaturalicen su espíritu", explican. Sobre el papel del Parlamento en esa nueva fiscalidad, PNV y PSE han pactado que pueda "debatir y acordar" los principios generales de la reforma sin perjuicio de las competencias de las Juntas Generales -que deberán aprobar después las normas concretas-, pero aún deben definir en qué consistirán esos criterios generales.
En cualquier caso, el acuerdo parece cercano y los contactos se intensificarán en las próximas jornadas. Si prosperara el pacto, se escenificaría con dos fotografías. Por un lado, con la reunión de las comisiones políticas de alto nivel, a buen seguro la próxima semana. Por otro, con la instantánea de la firma, quizás en la semana del 16, en la que podrían participar Iñigo Urkullu y Patxi López, aunque no está decidido.